Un enorme helicóptero Sikorsky S-64, que tiene unos 21 metros de largo, se ve diminuto mientras su piloto se esfuerza en tratar de controlar el extenso incendio que afecta a Colorado (EE.UU.).
AFPDENVER.- El enorme incendio forestal declarado el sábado en Colorado, estado del centrooeste de Estados Unidos, se extendía hoy luego de cobrar la vida de una mujer, que falleció dentro de su vivienda alcanzada por el fuego.
Las autoridades concentran este martes un total de 400 bomberos, equipos y maquinaria para tratar de contener las llamas, los que subirían a más de medio millar este martes.
La víctima fatal, Linda Steadman, de 62 años, había sido reportada como desaparecida. Sus restos fueron hallados en las cenizas de su casa calcinada.
"Tenemos evidencias para creer que hay más de 100 estructuras dañadas o destruidas", aseguró a la prensa el sheriff del Condado Larimer, Justin Smith.
"Hubo mucho apoyo aéreo, incluyendo riegos por helicóptero en ambos frentes del fuego, por el sur y el noreste", agregó.
En las últimas horas, el fuego se extendió sin control sobre 16.650 hectáreas, más del doble que la noche anterior.
El fuego se declaró el sábado en la mañana en las inmediaciones de Fort Collins, a unos 100 kilómetros al noroeste de Denver.
Más de 2.600 personas debieron ser evacuadas luego de que comenzó la emergencia.
Las investigaciones confirmaron que la causa del incendio fue un rayo que cayó sobre la vegetación.
En el vecino estado de Nuevo Mexico, otro incendio había destruido el lunes casi 14.000 hectáreas y 35 construcciones, aunque las autoridades aseguraron que las condiciones meteorológicas ofrecerán una tregua, lo que debería permitir cercarlo.
Desde 2011, EE.UU. ha sido azotado por una serie de severos desastres naturales que han dejado un récord en pérdidas.
Una sucesión de tornados, inundaciones, nieve, aridez, calor y fuegos forestales causó más catástrofes climáticas que en toda la década de 1980. Los daños sólo en 2011 han sido calculados en 50 mil millones de dólares.
El clima extremo también ha causado cerca de 900 muertos, según la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA) estadounidense.