Lugo fue destituido tras un juicio político que muchos han considerado apresurado, y que otros derechamente consideran inválido.
AFPWASHINGTON.- Sin entrar aún en un posicionamiento claro en torno a la destitución del presidente Fernando Lugo en Paraguay, el gobierno de Estados Unidos emitió una escueta declaración respecto de la situación que se vive en ese país, en el que se limita a llamar a la calma a los paraguayos.
"Pedimos a los paraguayos que actúen de manera pacífica, con calma y responsabilidad, según el espíritu de los principios democráticos de Paraguay", indicó Darla Jordan, una portavoz del Departamento de Estado para América Latina.
El ex obispo católico Fernando Lugo perdió el viernes la presidencia tras ser considerado "culpable" de mal desempeño en sus funciones, en un precipitado "juicio político" que no pudieron contener ni las gestiones de una amplia misión de cancilleres enviada de urgencia por la Unasur. La determinación del Congreso paraguayo ha causado mayoritario rechazo en la región, donde muchos no reconocen al nuevo gobierno de Federico Franco.
México, en tanto, dijo que reconoce que el juicio político a Lugo, pero cuestiona que no se otorgaran al ahora ex gobernante los espacios y tiempos para la debida defensa. "En este difícil contexto, México reconoce el valor y civismo del ex presidente Lugo por respetar el fallo del Senado paraguayo como forma de alcanzar una solución a la crisis política por la que atraviesa su país", señaló un comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
En la declaración, el gobierno mexicano además consideró "indispensable" que se garantice la integridad física de Lugo y que se le otorguen "todas las garantías de ley correspondientes".
"El gobierno de México hace votos para que se mantenga el diálogo entre las distintas fuerzas políticas de ese hermano país y se eviten en todo momento actos de violencia", continuó el documento, que apeló a una pronta resolución de la situación "en un marco de legalidad y concordia".
El gobierno de España, por su parte, defendió el respeto a la institucionalidad democrática y el Estado de derecho y confió en que Paraguay logre encauzar la actual crisis política, así como salvaguardar la convivencia pacífica del pueblo.
Lugo fue acusado de mal desempeño de sus funciones por un enfrentamiento entre policías y campesinos que causó 17 muertos, durante un desalojo de "sin tierras" el pasado viernes 15 en una hacienda de Curuguaty.
También se le consideró responsable de instigar las ocupaciones de tierras en la región sojera de Ñacunday y de la ola de violencia que se vive en Paraguay.
Un acto político de sus partidarios en una instalación militar en mayo de 2009, y el apoyo a la aprobación del Protocolo de Ushuaia II aprobado por el Mercosur, fueron los otros fundamentos para pedir la destitución del presidente.