El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.
EFEANKARA.- El Primer Ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, calificó hoy de "intolerable" el derribo de un caza turco por las defensas antiaéreas sirias y amenazó con tratar cualquier objeto militar sirio en las fronteras turcas como "amenaza".
"Cualquier elemento militar que se aproxime desde Siria a las fronteras turcas será considerado una amenaza y un objetivo militar. Advertimos a Siria de que no cometa ningún error", afirmó Erdogan en un discurso ante el Parlamento.
El Premier reiteró la posición turca: el avión turco derribado efectuaba un vuelo para poner a prueba los radares turcos, no llevaba armamento y estaba en el espacio aéreo internacional.
Según Erdogan, incluso una momentánea vulneración del espacio aéreo sirio, ya admitida por Turquía, no daría derecho a Siria a derribar el avión.
El jefe del Gobierno turco informó de que "desde el 1 de enero pasado hasta hoy, el espacio aéreo turco ha sido vulnerado 114 veces por diferentes aviones; cinco veces fue invadido por helicópteros sirios".
Subrayó también la importancia para Ankara de la zona del Mediterráneo Oriental, cercana a Chipre, y reiteró el derecho de Turquía de efectuar vuelos en esta zona.
Confirmó, asimismo, que las defensas antiaéreas sirias también habían acosado a un avión de rescate tipo Casa que acudió a la zona poco después de constatarse el derribo del caza, un Phantom 4.
Erdogan reiteró que "la amistad de Turquía es muy valiosa" para los demás países de la zona, y que Ankara no reaccionará de forma impetuosa sino que tomará cualquier medida de sangre fría.
Lamentó, asimismo, que el presidente sirio, Bashar al-Assad, no haya cumplido las expectativas de reforma tras la muerte de su padre y prometió que Turquía ofrecerá "todo el apoyo necesario" al pueblo sirio para que se libere de la "dictadura" de Al-Assad.
Mientras Erdogan hablaba en el Parlamento turco, la OTAN se reunía en Bruselas para analizar el caso del caza derribado, una sesión convocada el pasado domingo a petición de Turquía, que invoca el artículo 4 del Tratado Atlántico, el que obliga a consultar cuando un miembro del organismo cree amenazada su seguridad.