Franco, en lena plática con Jorge Oviedo Matto, presidente del Senado.
APASUNCIÓN.- El Gobierno del nuevo presidente paraguayo, Federico Franco, demandó hoy el necesario apoyo del Parlamento para sacar adelante proyectos económicos atascados por valor de 480 millones de dólares.
En una reunión con representantes de las dos Cámaras legislativas, Franco abogó por mantener un "espíritu de cuerpo" y pidió a los partidos, uno por uno, que le aprueben proyectos pendientes, que van desde obras de infraestructura, a rehabilitación del centro asunceno, o la dotación de computadoras para las escuelas.
Los proyectos "suman alrededor de 480 millones de dólares que están en manos de ustedes", observó enfáticamente el ministro de Hacienda, Manuel Ferreira, que intervino en la sesión después de Franco.
El cuestionado Ejecutivo del liberal Franco, que sucede al de Fernando Lugo, tiene mandato hasta el 15 de agosto de 2013.
El presidente, cuya ascensión ha sido cuestionada por varios países de la región, declaró a los diputados y senadores que él y sus ministros comparecían ante ellos "desarmados anímica y espiritualmente" para pedirles mantener el "espíritu de cuerpo" y aprobar los proyectos que les presentará.
"Sin la ayuda" del Legislativo, "absolutamente todo será estéril", observó el mandatario, para añadir que el Ejecutivo "requiere de los mejores hombres y mujeres y de la participación de todos los partidos políticos" para acompañar el proceso de transición abierto.
La Constitución paraguaya prevé la aprobación parlamentaria de los proyectos que impulsa el Ejecutivo, y ha sido frecuente su bloqueo durante el mandato de Lugo, destituido el pasado día 22 por el Legislativo por "mal desempeño" en sus funciones.
Franco aseveró que su intención, habida cuenta del presupuesto deficitario de 2012, es mantener bajo control el gasto corriente para invertir al máximo en capital, y así poder combatir la pobreza en el país (que afecta a un tercio de sus 6,2 millones de habitantes).
En su exposición, habló de asegurar las pensiones para los 45.000 ancianos que las esperan, de garantizar una atención médica "pronta y gratuita a todos los compatriotas" y de sacar adelante el programa "una computadora por niño" para el millón de escolares de Paraguay.
También anunció que el titular de Agricultura, Enzo Cardozo, asumía la "responsabilidad histórica" de presentar antes del fin de mandato un "censo y catastro para iniciar un sólido programa de desarrollo rural sostenible".
Aludió ahí a la tragedia de Curuguaty que sirvió de detonante a la actual crisis, y donde 6 policías y 11 campesinos murieron el día 15 en un operativo de desalojo de campesinos sin tierra en la finca del político Blas N. Riquelme, cuya propiedad le disputa el Estado.
El jefe del Estado también instó a apurar las aprobaciones de proyectos de Obras Públicas, cuya ejecución cifró en sólo el 0,56 por ciento, pese a que "esa plata existe en el presupuesto" y está pendiente de ser invertida.
En particular, Franco puso énfasis en las negociaciones "bastante avanzadas" con la multinacional Río Tinto para levantar una planta de fundición de aluminio en el este de Paraguay, que según dijo vendría muy bien al país, no sólo por la inversión estimada de 3.500 millones de dólares y los 7.000 empleos que crearía, sino para mejorar su calificación internacional y reducir las tasas de interés de sus créditos.