NICOSIA.- Tras ocho años de su adhesión a la Unión Europea (UE) y cuatro años como miembro de la zona del euro, Chipre asume mañana la presidencia semestral de los Veintisiete con la carga de ser el quinto país en solicitar ayuda financiera a sus socios de la divisa común.
Así, además de la presencia de los altos cargos europeos que asistirán a la ceremonia oficial el jueves 5 de julio en el antiguo anfiteatro de Kourion, también estarán en Chipre técnicos comunitarios para examinar el programa destinado a sanear el sector bancario y las finanzas públicas de la isla.
"Una Europa más eficaz y viable, una economía europea más efectiva, basada en el crecimiento, una Europa con solidaridad y coherencia social y una Europa más cercana a sus vecinos" son los los principales objetivos que se propone para el próximo semestre el pequeño país mediterráneo, dividido desde 1974, cuando Turquía ocupó un tercio de su territorio septentrional.
Además, la isla tiene programados 160 eventos culturales centrados, principalmente en recordar su rico legado, además de actividades y exposiciones que reflejan la división de Chipre.
A pesar de años de interminables negociaciones entre grecochipriotas y turcochipriotas, el problema de su separación persiste sin visos de solución.
Pese a esas adversidades, Chipre se declara lista para asumir su primera presidencia de la UE bajo el lema "Hacia una Europa mejor".
Los preparativos de la presidencia han costado a Chipre 61,7 millones de euros, según explicaron a Efe fuentes de la oficina responsable de los mismos.
En la ceremonia de inauguración en el anfiteatro Kourion habrá discursos del presidente chipriota, Dimitris Christofias, del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, del presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, y de los primeros ministros de Dinamarca y de Polonia, según fuentes oficiales chipriotas.
Los actos, que comenzarán a las 20.00 horas local (17.00 GMT) y durarán una hora y media, con la asistencia de unos 550 invitados, comprenderán también un concierto a cargo de la Orquesta Sinfónica de Chipre y una representación artística de la historia del país.
Sin embargo, la crisis financiera, desatada en la isla por la grave situación en la vecina Grecia, ha ensombrecido una ocasión que debería haber sido un hito en la historia de Chipre.
El sector bancario chipriota, muy expuesto a los títulos de deuda estatal griega, solicitaba en mayo con urgencia una inyección para su recapitalización, que en el caso del Laiki Bank, el segundo del país, supone 1.800 millones de euros, el 10 % del producto interior bruto (PIB) del país.
El gobierno del presidente comunista, Dimitris Christofias, ha decidido salvar el banco que más expuesto está a la crisis helena, aunque las arcas del Estado estén vacías.
Para ello, en lugar de dirigirse a Bruselas, como han hecho otros países de la zona euro, Christofias optó por solicitar un préstamo a Rusia, después de que el año pasado Moscú ya hubiera concedido un crédito a Nicosia de 2.500 millones de euros.
Y aunque sigue sondeando esa vía, después de que el mercado haya cerrado prácticamente el acceso del país a refinanciación, el pasado 25 de junio Chipre hizo pública su solicitud de ayuda financiera al Eurogrupo.
"Considero que estamos viviendo un parálisis política. Hay mucha inercia, fobia al coste político y una falta de percepción de la gravedad del problema", declaró a Efe el profesor de Finanzas de la Universidad de Chipre Stavros Zenios.
Tras el anuncio de la concesión de la ayuda europea, el mayor banco de Chipre, el Cyprus Bank, comunicaba en ese mismo día que va a solicitar al Gobierno 500 millones de euros, lo que eleva a un mínimo de 2.300 millones de euros la cantidad total requerida por el sector bancario.
La agencia de calificación Fitch consideró esta semana que el coste de recapitalizar a la banca chipriota puede llegar hasta los 6.000 millones de euros, el 30 % del PIB del país.