BUENOS AIRES.- La central obrera peronista argentina Confederación General del Trabajo (CGT), se encamina hacia una fractura luego de que fueran convocados dos congresos paralelos, uno oficialista y otro opositor al gobierno de Cristina Fernández.
El trasfondo de la división es
la intransigente disputa entre el Ejecutivo y el poderoso dirigente Hugo Moyano, quien rompió lanzas con su antigua aliada peronista.
"Haremos nuestro congreso de la CGT el 3 de octubre. Esto se rompe (la central). Ya está partida" (la confederación)" anunció enfáticamente el líder del sector gremial progubernamental y dirigente de los metalúrgicos, Antonio Caló.
Los gremios alineados con Moyano, líder del sindicato de camioneros y de la CGT desde hace ocho años, harán su propia reunión este jueves, pese a que fueron instados a suspenderlo por el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, quien les negó legitimidad.
Las organizaciones sindicales afines a la Presidenta habían impugnado ante el Ministerio de Trabajo la convocatoria del "zar" camionero.
La CGT reúne a unos ocho millones de trabajadores argentinos.
Recuerdos de Perón
Moyano, quien fue un puntal del gobierno del fallecido ex Mandatario Néstor Kirchner y del primer mandato de su esposa, profundizó su desafío al gobierno al movilizar hace tres semanas a decenas de miles de trabajadores frente a la Casa de Gobierno.
Unos días antes, activistas de su gremio habían bloqueado plantas de gas y gasolineras, en una jornada de protesta que amenazó con causar serio desabastecimiento.
"Esta protesta es un llamado para convencer al gobierno que abandone la soberbia. No nos gusta la forma de imposición que tiene como si fuera una dictadura", dijo Moyano en el acto de la Plaza de Mayo.
Los reclamos del jefe de la central sindical se centran en la eliminación del impuesto a los salarios y la restitución de subsidios familiares a los trabajadores.
"Se dicen peronistas y nos atacan cuando estamos reclamando lo que es legítimo. Como le dijo Evita al general Perón: no te olvides de los pobres que no te van a traicionar. Yo no me olvido de los trabajadores", sentenció el dirigente camionero.
Moyano decidió la demostración de fuerza luego de que la Presidenta le quitó apoyo para ser reelecto como secretario general de la CGT.
Grave desafío
"Kirchner enfrenta el desafío sindical más importante en los nueve años que lleva el kirchnerismo en el poder", consideró el analista Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Nueva Mayoría.
Por otro lado, la confrontación tiene lugar en momentos de desaceleración de la economía, que venía creciendo desde 2003 a tasas promedio de 8% anual, y el aumento de la inflación real, que rondaría 25%, según estudios privados, lo que deteriora ostensiblemente los salarios.