CANBERRA.- Playas cerradas y caza al escualo en Australia occidental tras la muerte del surfista que ayer sucumbió ante el feroz ataque de un tiburón blanco que comió una mitad de su cuerpo.
Y el terrible episodio, además de causar pánico en los turistas que huyeron en forma masiva de la costa, también reabrió el debate sobre la necesidad de mantener a los escualos entre las especies protegidas: justamente el ministro de Pesca, Norman Moore, dijo hoy que desea un "censo" de los animales y evaluar después si continúa la prohibición de matarlos.
La orden de cerrar las playas partió del Departamento de Pesca del estado: "Tenemos hombres patrullando las costas desde el alba de esta mañana, pero no tenemos señal alguna del tiburón", dijo Tony Cappelluti, responsable de la Unidad Anti-Escualos del organismo. Las playas permanecerán cerradas hasta mañana.
Preocupado, el ministro Moore aseguró que "hemos desembolsado 14 millones de dólares para estudiar a los escualos blancos y su comportamiento, y comprender el porqué de estos ataques al hombre. Si la investigación nos aclara que los ejemplares aumentaron en relación al pasado, quizás deberemos reconsiderar si los mantenemos entre las especies protegidas".
El año pasado fue introducido un programa de monitoreo que demostró cómo estos animales, que no tienen predadores excepto el ser humano, ballenas u otros escualos, pueden permanecer "sin ser molestados" en la costa oeste de Australia por espacio de meses.
Los expertos también explicaron que los ataques al hombre, unos 15 al año y al menos uno mortal, aumentaron junto con el aumento de la población y de los deportes acuáticos.
Existen en Australia 165 especies de tiburones y muchos son peligrosos para el hombre.