PARÍS.- Las pruebas nucleares realizadas por Francia entre 1960 y 1996 en Argelia y Polinesia pueden están vinculadas con varios casos de cáncer en humanos, según un experto francés del instituto encargado por la Justicia de investigar si existe una relación.
Florent de Vathaire, autor de los informes pedidos por la Justicia francesa y responsable del Instituto Nacional de Sanidad e Investigación Médica (Inserm), asegura en el diario "Le Parisien" que ese vínculo es "probable" en varios de los casos investigados.
Aunque el experto matiza que desde el punto de vista científico "nunca se podrá decir con absoluta certeza tal o cual causa", afirma haber obtenido elementos que le permiten establecer ese vínculo en ciertos casos investigados.
El experto reconoce que los hallazgos actuales se apoyan en nuevos conocimientos científicos de los que se carecía en el pasado.
Y estima que ahora se sabe que incluso dosis pequeñas de radiación pueden tener consecuencias "graves" sobre la tiroides de niños, por lo que manifiesta su deseo de lanzar una investigación global sobre las poblaciones polinesias que estaban próximas a los lugares donde se hicieron las pruebas.
En 2010 el Gobierno francés creó un fondo destinado a compensar los daños sufridos por cientos de personas que afirman haber padecido las consecuencias de los ensayos nucleares.
Entonces el Ministerio de Defensa galo estableció una provisión de 15 millones de euros para las indemnizaciones.
El debate sobre los damnificados volvió hace dos años a la actualidad francesa coincidiendo con el 50 aniversario de la primera prueba nuclear realizada por Francia en el desierto en Argelia, entonces colonia francesa.
Con esa explosión, bautizada "Gerboise bleue", Francia se convirtió el 13 de febrero de 1960 en la cuarta potencia en dotarse de la bomba atómica tras los Estados Unidos, la Unión Soviética y el Reino Unido.
Desde entonces realizó en total 210 ensayos tanto en el desierto del Sahara como en Polinesia hasta que firmó el tratado de prohibición total de pruebas en 1996.
No obstante, el país ha continuado modernizando su potencial nuclear con ensayos y lanzamientos como el que ese mismo año se hizo con un misil M51, concebido para poder lanzar proyectiles atómicos desde sus submarinos, con un alcance de 8.000 kilómetros y más precisión que sus predecesores M45.
El verdadero artífice político de la bomba atómica francesa fue el general Charles de Gaulle, que lanzó el proyecto al final de la Segunda Guerra Mundial en 1945 con la creación del Comisariado de la Energía Atómica (CEA) y, como presidente de la República pudo coronarlo con el ensayo de Reggane (Sahara) en febrero de 1960.