DAMASCO.- Luego del contraataque de las fuerzas leales al régimen que desalojaron a los rebeldes de un céntrico barrio de la capital, los intensos combates se trasladaron este viernes a Halab (Alepo), la histórica segunda ciudad en importancia en el país.
Los violentos enfrentamientos estallaron en varios barrios de la urbe, los primeros en su tipo en dicho escenario, abriendo un segundo frente en este conflicto descrito ya como una "guerra civil" por varios gobiernos e instituciones internacionales.
Alepo tiene más de 2 millones de habitantes, más que la propia capital, y es un importante centro económico. Es una de las ciudades continuamente habitadas más antiguas del mundo, con una historia que se remonta a más de 7 mil años. Fue célebre durante las Cruzadas, cuando era considerada "la llave de Siria".
Contraofensiva en Damasco
Las tropas que responden a las órdenes del acosado Presidente Bashar al-Assad continuaron hoy viernes su contraofensiva en distintos barrios de Damasco.
Al día siguiente de la jornada más sangrienta desde el comienzo de la revuelta en marzo de 2011, con más de 300 muertos -según organizaciones no gubernamentales- el Ejército desplegó tanques y gran cantidad de infantería en el barrio Midan, cerca del centro de Damasco.
A bordo de los blindados, los militares llevaron a periodistas a lo que se convirtió en un "barrio fantasma" donde se podían ver casquillos de todos los calibres en las calles, el alminar de la mezquita Al Majid agujereado por un obús y las fachadas de los edificios llenas de orificios de bala.
Tras comenzar el jueves la contraofensiva en el barrio Qabun (al este), el Ejército entró durante la mañana en los barrios de Jobar (este) y Kafar Suse (al suroeste), según consignó el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Además de Midan, una fuente de seguridad indicó que el régimen controla Tadamun (sur), Qabun y Barzé (al este). En cambio los violentos enfrentamientos continuaban en Jobar, Ruknedin (norte) y sobre todo en los "campos de Mazé", Kafar Suse y Daraya, en el sur y al oeste.
El jueves, los rebeldes habían asestado nuevos golpes al régimen al tomar el control de puestos fronterizos con Irak, según Bagdad, y un puesto fronterizo con Turquía.
El principal paso fronterizo con Irak, Boukamal, estaba este viernes en la noche bajo intenso bombardeo del ejército sirio, según fuentes locales en Irak.
En tanto, las deserciones continúan en las filas del régimen. Un diplomático turco anunció a agencias internacionales la deserción de tres generales sirios, quienes se refugiaron en Turquía desde el jueves por la noche.
El gobierno de Al-Assad todavía busca recomponer su cadena de mando tras el atentado ocurrido el miércoles que mató al ministro y al subsecretario de Defensa.
La evidencia de que los rebeldes recibieron ayuda desde el interior del régimen para cometer la acción, ocurrida en una sede de la Seguridad Nacional en Damasco, añade nuevas preocupaciones a la cúpula gobernante en cuanto a la fidelidad de las fuerzas bajo su mando.
Crece flujo de refugiados
Más de 18.000 personas han escapado hacia El Líbano durante los últimos dos días, indicó el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur), en tanto, cifró en entre 8.500 y 30.000 personas el número de refugiados en las últimas 48 horas.
Entre quienes huyen se cuenta gran número de refugiados iraquíes, quienes se encontraban en Siria para escapar de la violencia en su propio país y ahora debieron emprender la ruta de regreso.
Oposición da garantías a minorías
Las principales fuerzas de oposición son hasta ahora el Consejo Nacional Sirio (CNS), la principal coalición política, y el Ejército Libre de Siria (ELS), formado en buena parte por ex militares y miembros de los servicios de seguridad que tomaron sus armas contra Al-Assad.
El jefe del CNS, Abdel Baset Sayda, intentó tranquilizar a las minorías, en especial los cristianos y los alauitas (denominación musulmana a la que pertenece Al-Assad y buena parte de su régimen) sobre las consecuencias de una eventual caída del gobernante.
"Ya adoptamos un documento que garantiza los derechos de todas las minorías", declaró Sayda, de etnia kurda, a la radiotelevisión alemana Deutsche Welle.
Los cristianos sirios ascienden a cerca de 1,3 millones de personas, la mayoría perteneciente a la iglesia ortodoxa siria. Hay cerca de 320.000 católicos.
Los alauitas o nusayríes son una rama islámica chiíta seguidores del undécimo imán, Hassan al-Askari, y su seguidor más cercano, ibn Nusair. Pese a que son minoritarios frente a la mayoría sunita, se mantienen en el poder desde el ascenso del padre de Bashar, Hafez al-Assad, quien encabezó una férrea dictadura durante 29 años.
Se mantiene misión ONU
El Consejo de Seguridad de la ONU, en tanto, votó a favor de un proyecto de resolución presentado por los países europeos que prolonga por 30 días el mandato de la Misión de Supervisión de la ONU en Siria (Misnus).
Según la embajadora estadounidense, Susan Rice, este plazo permitirá a los observadores "retirarse en buen orden y en seguridad".
Tendría que haber "circunstancias poco verosímiles" para que se queden más tiempo, estimó.
Para el embajador ruso, Vitali Tchurkin, en cambio, "la resolución no habla del retiro sino de la prolongación de la misión" que todavía puede "tener un rol en la reducción de la violencia".
Anteriormente, Rusia y China vetaron por tercera vez una resolución del Consejo de Seguridad que estipulaba sanciones contra el régimen de Damasco.