SEÚL.- El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU enviará ayuda alimentaria a Corea del Norte para apoyar a los afectados por las intensas inundaciones que han matado a por lo menos 88 personas y dejaron a otras 60.000 sin hogar.
El primer envío de emergencia supone la distribución de una ración diaria de 400 gramos de maíz durante dos semanas a cada víctima del desastre, indicó el documento.
Las lluvias torrenciales, ligadas a los tifones del verano, azotaron Corea del Norte entre el 18 y el 29 de julio.
Está previsto que en septiembre el PMA efectúe una evaluación exhaustiva de la situación alimentaria y las perspectivas de producción de alimentos en el país, añadió el comunicado del organismo.
La agencia surcoreana Yonhap detalló que el envío de la ONU supondrá un total de 336 toneladas de alimentos para los afectados.
"Deshielo" en actitud del régimen
Las medidas para enfrentar la catástrofe también evidenció el "deshielo" en la hasta ahora rígida administración comunista, exhibido hasta ahora
en actos oficiales por el nuevo líder Kim Jong-un.
Así, el gobierno permitió esta semana la entrada de una misión de la ONU para poner en marcha un plan de ayuda.
Al evaluar la actual situación, el portavoz del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Patrick McCormick, reconoció que el régimen está mostrando cierta flexibilidad frente a los actores humanitarios, ofreciéndoles acceso al país.
McCormick sostuvo que, en general, el ambiente para las organizaciones humanitarias es ahora menos tenso, un cambio que ya se observaba antes de las inundaciones, aseguró.
El portavoz de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU, Jens Lärke, coincidió con la perspectiva. Señaló que a diferencia de la actitud de los antecesores de Kim, incluso en circunstancias aún más graves, Corea del Norte tomó ahora la iniciativa de pedir auxilio internacional.
Según Naciones Unidas, Corea del Norte requiere "asistencia humanitaria inmediata" en favor de los habitantes de los condados más afectados, principalmente los de Sinyang y Songchon, en la provincia de Pyongan del Sur (centro del país).
La subida de las aguas también ha causó daños en cultivos de maíz, soja y arroz, pero todavía es pronto para cuantificar las pérdidas. Al mismo tiempo, escasea el agua potable debido a los daños a los sistemas de suministro de agua, la inundación de pozos y desperfectos en los sistemas de bombeo manuales, lo que podría generar epidemias.
Corea del Sur niega ayuda
Corea del Sur ha indicado que por el momento no prevé ofrecer ayuda al Norte, a la que en otras ocasiones ha asistido en situaciones de desastre por motivos humanitarios, pese a las tensiones bilaterales.
En verano del año pasado, unas 30.000 personas perdieron sus casas en Norcorea debido a inundaciones. En 2007, el fenómeno dejó cientos de muertos y desaparecidos y graves pérdidas económicas.
Los estragos causados por los tifones en las áreas agrícolas agravan, además, la crónica situación de escasez alimentaria del país, que depende de la ayuda exterior al ser incapaz de producir suficientes alimentos para sus 24 millones de habitantes.