LONDRES.- Allanar y ocupar una vivienda de forma ilegal se considerará un delito penal desde mañana en Inglaterra y Gales, y se castigará con multas y con hasta seis meses de cárcel.
Hasta el momento, ocupar una vivienda de forma ilegal se consideraba una falta civil y los propietarios, incluidos los ayuntamientos, debían acudir a un juzgado para probar que los okupas habían entrado en la casa.
Según la cadena británica "BBC", la nueva ley, que entrará en vigor mañana, establece que pasará a tratarse como delito penal y se fija una pena máxima de prisión de hasta seis meses o una multa de hasta 5.000 libras (6.300 euros).
Así, los propietarios que consideren que su vivienda ha sido ocupada ilegalmente podrán notificárselo a la policía, que verificará la denuncia y podrá arrestar a los okupas.
Para ello, los agentes deberán probar que los okupas traspasaron la entrada de la vivienda y que "están viviendo o pretenden vivir" en la casa.
La nueva norma no afectará en cambio a los inquilinos que se retrasen en el pago de sus cuotas de alquiler.
El Gobierno británico considera que esta medida ofrecerá una mejor protección a los propietarios y "dará un portazo a los okupas de una vez por todas".
"Durante demasiado tiempo, gente trabajadora ha tenido que hacer frente a largas batallas legales para recuperar sus casas de manos de okupas y pagar reparaciones de miles de libras cuando finalmente se van", afirmó el secretario de Estado de Vivienda, el conservador Grant Shapps.