TAFTANAZ.- Los rebeldes sirios multiplicaron este sábado los ataques contra las infraestructuras de la Fuerza Aérea del régimen de Bashar al Asad, sin lograr detener los bombardeos de los helicópteros o de los tanques en varios frentes.
A punto de cumplirse un año y medio desde el comienzo de la revuelta contra el régimen, el conflicto se endureció y dejó 5.000 muertos en agosto, el mes más sangriento, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Estas cifras son imposibles de verificar con una fuente independiente.
Moscú consideró que sería "ingenuo" pensar que el régimen sirio será el primero en retirar sus tropas, después de que, la víspera, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, estimara que la "responsabilidad principal" del fin de la violencia recae en Damasco.
En la misma línea que Ban Ki-moon, el nuevo mediador internacional para Siria, Lajdar Brahimi, pidió a todas las partes el cese de la violencia, y consideró que el régimen debe asumir "una mayor responsabilidad" en el fin de las hostilidades.
En el terreno, los rebeldes concentraron sus esfuerzos contra la Fuerza Aérea, que causa víctimas a diario con sus ataques.
Ayer por la noche se anotaron un punto al apoderarse del edificio principal de una base aérea en la ciudad de Bukamal, cerca de la frontera con Irak, según el OSDH.
Tras esta operación, al menos 16 soldados fueron capturados, según la ONG. Los rebeldes también atacaron en Bukamal el edificio de seguridad del ejército así como el aeropuerto militar de Hamdan.
Los insurgentes, que controlan el puesto fronterizo de Bukamal desde mediados de julio, intentan tomar el control total de esta ciudad.
En Idleb (noroeste), los rebeldes controlan parcialmente la base aérea de Abu el Zuhur, una de las dos más importantes de la provincia.
El miércoles atacaron el otro aeropuerto, en Taftanaz, asegurando que destruyeron varios aparatos pero sin llegar a controlar la zona.
Varios helicópteros de esa base siguieron sobrevolando este sábado Taftanaz, de donde huyeron casi todos sus habitantes, y abrieron fuego en varias ocasiones, constató un periodista.
Las fuerzas del régimen siguen controlando la base militar desde una posición cercana de los rebeldes. Al menos unos quince MI-17 y MI-24, de fabricación soviética, siguen estacionados en las pistas del aeropuerto.
Un poco más al este, el ejército y los insurgentes siguen librando una batalla feroz desde hace más de un mes por el control de Alepo, la gran ciudad del norte.