LA PAZ.- El presidente boliviano, Evo Morales, sostuvo hoy que el Gobierno de Estados Unidos alaba la lucha antinarcóticos en Colombia porque, según dijo, ese país aceptó tener bases militares estadounidenses.
En un acto en la región central de Cochabamba con productores de hoja de coca, base para producir cocaína, Morales criticó el informe presentado a fines de julio por el "zar antidrogas" de Estados Unidos, Gil Kerlikowske, que aseguró que Perú y Bolivia superaron a Colombia en la producción de esa droga.
"Están minimizando a Colombia como un país que tiene problemas con el narcotráfico porque allí están las bases militares de EE.UU., allí están los norteamericanos comandando las Fuerzas Armadas de Colombia, entonces EE.UU. quiere alabar al país que acepta que haya bases militares" estadounidenses, dijo Morales.
A su juicio, "el capitalismo" utiliza el tema del narcotráfico "con fines económicos" pero también "políticamente para desgastar a dirigentes o autoridades antiimperialistas y anticapitalistas".
"Al subcomandante Marcos, del Ejército de Liberación Nacional de Colombia (sic), lo han acusado de narcotraficante. Claro, es antiimperialista, anticapitalista, (lo) acusan de narcotraficante públicamente", agregó el mandatario, en lo que pareció un lapsus.
Según Estados Unidos, Perú encabeza la producción mundial de cocaína con 324 toneladas anuales, seguido por Bolivia con 265 toneladas y Colombia con 195 toneladas.
El ministerio de Gobierno ya rechazó ese informe porque asegura que las plantaciones globales de hojas de coca en Bolivia son de 31.000 hectáreas, menos de la mitad de las que poseen Perú o Colombia, por lo que es imposible que en el territorio boliviano se produzca tal cantidad de cocaína.
Desde que Morales, líder de los productores de coca de la zona del Chapare, llegó al poder en 2006, los cultivos subieron de 25.400 a 31.000 hectáreas, pero el Gobierno argumenta que una parte tiene uso legal y cultural, y erradica la que se destina al narcotráfico.
Morales resaltó hoy que las Naciones Unidas y otros países sí reconocen las acciones antidrogas de su Gobierno e insistió en que Washington acusa de "narcotraficantes" a aquellos países que no aceptan ni "bases ni militares norteamericanos".
Por otra parte, el gobernante se quejó de que "algunos opositores" siguen acusando de narcotraficantes a los cocaleros y dijo que ha reclamado a los dirigentes de los sindicatos "por qué no hacen una acción legal" en contra de esos políticos.