TOKIO.- El Gobierno japonés informó este lunes que decidió comprar a sus propietarios privados varios islotes en disputa, pero China reaccionó de inmediato y advirtió a Tokio de "graves consecuencias" si sigue adelante con el plan.
El Ejecutivo nipón comprará los tres islotes deshabitados en el este del Mar de China a la familia japonesa que reconoce como propietaria, anunció el secretario de Gabinete, Osamu Fujimura. Sin embargo, China y Taiwán también reclaman la soberanía de los terrenos, un conjunto de islas llamadas en japonés Senkakusy y en chino Diaoyu.
Fujimura señaló que la decisión de nacionalizar las islas refleja el deseo de Japón de crear "una situación estable y segura", y en ningún momento tiene la intención de incomodar a China."Esperamos que no haya malentendidos", agregó.
El ministerio de Relaciones Exteriores de China respondió con gran enojo y afirmó que Beijing "no permanecerá inactivo al ver violada su integridad territorial".
"China recomienda de la forma más contundente posible el cese inmediato de todas las medidas que puedan minar la soberanía territorial china y devolver la disputa a una solución negociada. Si Japón insiste en seguir su propio camino, será responsable de todas las severas consecuencias que sigan", sostuvo la secretaría de Estado en una declaración, aunque no especificó las posibles consecuencias.
La estatal "Televisión Central" de China dijo que el ministro de Relaciones Exteriores, Yang Jiechi, convocó al embajador japonés en protesta contra el plan de compra.
Fujimura indicó que la decisión de adquirir las islas fue adoptada en una reunión de ministros del gabinete envueltos en la adquisición. Se espera que la totalidad del gabinete, encabezado por el primer ministro Yoshihiko Noda, apruebe el martes la decisión.
Conforme al plan de nacionalización, las islas serán dejadas como están en la actualidad. China no reconoce los documentos de propiedad de la familia japonesa que dice poseer los islotes, por considerarlos ilegítimos.
En abril el gobernador de Tokio anunció que esperaba que su municipalidad comprara las islas y fomentara su desarrollo, lo que habría empeorado más las relaciones con China.