CIUDAD DEL VATICANO.- Benedicto XVI convocó para el domingo a los obispos de todo el mundo para buscar los medios para una "nueva evangelización", en un momento en el que los cristianos pierden terreno en Europa y son víctimas de discriminación en varias regiones del mundo.
A partir de ese día y hasta el 28 de octubre, un concilio trabajará este tema crucial, una prioridad del Papa, que ya en 2010 creó un nuevo ministerio encargado de encontrar una estrategia.
El sínodo coincidirá con el lanzamiento de "el Año de la Fe" y el 50 aniversario del Concilio Vaticano II (1962-65), tras el cual las sociedades occidentales vivieron una descristianización progresiva.
La asamblea se centrará también en la evangelización, algunas veces, rápida y caótica en los países del sur, donde los católicos, en ocasiones, sufren persecuciones y amenazas, especialmente islamistas, así como de la la "competencia" de los grupos pentecostales.
El último sínodo sobre la evangelización fue convocado en 1974 por Pablo VI, pero la crisis de la Iglesia en países tradicionalmente cristianos no era tan acusada.
El Vaticano presentó en primavera el "instrumento de trabajo" ('Instrumentum Laboris') del concilio, a partir de un cuestionario enviado a los obispos, que identificaba numerosos obstáculos en la difusión del Evangelio.
Se citaban, entre otros, la "excesiva burocratización de las estructuras eclesiásticas", las "celebraciones litúrgicas desprovistas de toda experiencia espiritual profunda", la "infidelidad a la vocación", "el consumismo", la "insuficiencia numérica del clero".