Las conversaciones de paz se han visto retrasadas por varios factores, entre ellos, la salida de los delegados colombianos, por razones de clima.
EFEBOGOTÁ.- Guerrilleros de las FARC explosionaron un artefacto en el puente que da entrada a un caserío del este de Colombia, lo que causó la muerte a dos personas y dejó heridas a otras cuatro, informaron hoy fuentes oficiales.
La Brigada 18 del Ejército de Colombia, que tiene jurisdicción sobre el departamento de Arauca, fronterizo con Venezuela, informó a través de un comunicado del atentado perpetrado en la noche del domingo por la compañía Drigelio Almarales del frente décimo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Según esta nota, los rebeldes activaron "un artefacto explosivo de gran poder a 50 metros aproximadamente del puente que está ubicado en la entrada principal" del caserío Puerto Jordán, que pertenece al municipio araucano de Tame.
Como consecuencia de la explosión falleció un hombre y su hijo de 3 años de edad, mientras que resultaron heridos un adulto de 38 años, una joven de 23 y dos niñas de 5 y 16 años, respectivamente.
Los heridos fueron atendidos primero en el puesto de salud de Puerto Jordán, y después trasladados en aeronaves del Ejército hasta la ciudad de Arauca, con el fin de ser atendidos por médicos especialistas.
La unidad militar destacó que esta acción implica los delitos de "tentativa de homicidio en persona protegida, utilización de medios ilícitos de guerra, actos de terrorismo y barbarie e infringe además el protocolo 2 del Convenio de Ginebra", sobre el respeto a la población civil en el marco del conflicto armado.
Este ataque se da días antes del inicio formal de la fase de conversaciones de paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC en la capital de Noruega, donde todavía no ha llegado ninguno de los interlocutores.
Otra zona fronteriza con Venezuela, más septentrional y conocida como el Catatumbo por el río que la atraviesa, sufrió ayer también sendos ataques de la guerrilla, que derribó dos torres de energía y decretó un paro armado para impedir el tránsito de los habitantes por las vías de la región.
Tanto la guerrilla como las fuerzas militares prosiguen su lucha en las regiones colombianas en paralelo al proceso de paz porque el preacuerdo que las partes firmaron no contempla el cese el fuego hasta que haya una firma definitiva de las conversaciones que ponga fin a medio siglo de conflicto en Colombia.