Los atentados, pese a solicitudes de paz internacionales, no han cesado en Siria.
EFEEL CAIRO.- Las esperanzas de reducir la violencia en Siria acabaron por desvanecerse en el tercer día de tregua decretada durante la Fiesta del Sacrificio, que hoy estuvo marcada por nuevos choques y bombardeos en las afueras de Damasco y otras zonas del país.
Desde primera hora de la mañana, los alrededores de la capital siria se convirtieron en escenario de fuertes enfrentamientos entre las tropas leales al régimen del presidente sirio, Bachar Al Asad, y los rebeldes.
Ambas partes se habían comprometido en principio a respetar el alto el fuego durante cuatro días, concretamente desde el viernes pasado hasta mañana, lunes, pero pronto empezaron a acusarse mutuamente de violar los términos de la tregua y siguieron combatiendo.
En ese sentido, hoy se registraron choques en la localidad de Hayar Asuad y bombardeos en las de Haran al Auamid y Duma, en la periferia de Damasco, apuntaron los activistas Comités de Coordinación Local, que añadieron que una gran explosión sacudió la localidad vecina de Maleha.
Mientras, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó en un comunicado del estallido de un coche bomba en la zona de Al Sabina, también en las inmediaciones de la capital, aunque no dio cifras de víctimas.
Este grupo de derechos humanos sostuvo que al menos tres menores murieron y decenas de personas resultaron heridas en los bombardeos sobre el pueblo de Husainiya, una situación similar a la que se vivió en el de Artuz.
"Desde que el régimen comenzó a violar esta tregua, la situación ha empeorado con más bombardeos y muertos", argumentó el coordinador de la red opositora Sham, Yafar al Jeir, para quien las zonas más castigadas están siendo las inmediaciones de Damasco y la localidad de Marat al Nuaman, en el norte de Siria.
Al Jeir lamentó que, durante los bombardeos, los heridos no puedan recibir tratamiento médico y los que intentan huir a zonas más seguras se ven atrapados. Además, han desaparecido todas las celebraciones por la Fiesta del Sacrificio o "Aid al Adha", principal festividad musulmana y que fue planteada por el enviado especial de la ONU, Lajdar Brahimi, como una buena ocasión para iniciar una tregua temporal.