WASHINGTON- El demócrata Barack Obama celebró hoy su reelección como Presidente de Estados Unidos en Chicago, donde ante una enardecida multitud prometió que "lo mejor está por venir", a la par que apeló a la unidad del país tras una batalla electoral polarizante.
Poco después de que su rival republicano, Mitt Romney, reconociera su derrota en Boston, el centro de convenciones de McCormick Place de Chicago enloquecía cuando Obama hizo su entrada ante miles de seguidores acompañado de su esposa Michelle y de las dos hijas de la pareja, Sasha y Malia, a quienes abrazó antes de dirigirse a los que celebraban su victoria.
"Esta noche, en estas elecciones, ustedes, el pueblo estadounidense, nos recordaron que aunque el camino ha sido duro y nuestro camino largo, nos hemos sobrepuesto, hemos luchado por nuestro retorno y en nuestros corazones sabemos que, para Estados Unidos, lo mejor está por venir", sostuvo el Mandatario.
El Mandatario, quien con la victoria de hoy permanecerá hasta 2016 en la Casa Blanca, reconoció también a su rival republicano, Mitt Romney, al que felicitó por una "campaña duramente luchada".
Pero a la par subrayó que es hora de dejar de lado la polarización política para centrarse en las tareas que tiene el país ante sí, entre las que priorizó la economía y también "arreglar el sistema migratorio".
"Esta noche, ustedes votaron por la acción, no para que la política siga siendo la misma de siempre, nos eligieron para que nos centremos en sus empleos, no en los nuestros", señaló al respecto.
"Y me hayan votado o no, yo les he escuchado. Y he aprendido de ustedes. Y ustedes me han hecho un presidente mejor", aseveró y prometió contactar en los próximos días con Romney y el Partido Republicano para tratar los temas pendientes.
"Regreso a la Casa Blanca más decidido e inspirado que nunca sobre el trabajo a hacer y el futuro que tenemos por delante", agregó.
La rápida victoria del jefe de Estado, que se conoció poco después de las 23:00 (04:00 GMT), sorprendió hasta a los analistas que, en vista de lo ajustados que habían estado todos los sondeos, habían predicho una larga noche de tensas esperas, recuentos e incluso la posibilidad de un inédito empate.
Pero la ligera ventaja que Obama fue perfilando poco a poco en algunos de los estados bisagra más pequeños después del cierre de la mayor parte de los centros electorales se tornó en definitiva cuando los medios le otorgaron uno de los estados clave grandes, Ohio, escenario de una de las batallas electorales más duras en los últimos días.
Y es que Ohio no solamente implicaba 18 preciosos votos electorales, sino que además arrastra la leyenda de ser determinante: nunca un republicano ha logrado llegar a la Casa Blanca sin hacerse con ese estado.
Una derrota más dura para los republicanos de Romney pues que la que sufrió en su propio estado, Massachusetts, o en el Wisconsin, de donde es oriundo su compañero de fórmula, Paul Ryan.
Así las cosas, y con casi todos los estados bisagra salvo Carolina del Norte en manos demócratas, no importó que Florida siguiera contando los votos en una carrera totalmente ajustada: las principales cadenas declaraban la victoria de Obama y el propio mandatario se apresuraba a proclamarla por twitter.
"Four more years (cuatro años más)", twitteó en su cuenta (BarackObama), enviando además una fotografía en la que se le ve abrazado a su esposa.
Tras una larga espera, quizás porque el propio Romney había asegurado que no había redactado más que un discurso de victoria, el republicano salía ante sus decepcionados seguidores en Boston para reconocer su derrota y pedir que todos "recen" por que Obama logre impulsar de una vez la economía del país.
"Llamé al presidente Obama para felicitarlo por su victoria", dijo un serio Romney, que tardó más de hora y media en salir a hablar.
Al igual que su contrincante más tarde, Romney también hizo votos por la unidad y por que Obama tenga "éxito" en completar la recuperación del país.
"Estos son tiempos de grandes desafíos para Estados Unidos y rezo por que el presidente tenga éxito en guiar a nuestra nación", señaló y llamó a los líderes de ambos partidos a que sepan "tenderse la mano" para realizar juntos el "trabajo que le ha puesto la población".
Una tarea que, sin embargo, podría verse dificultada por un Congreso que revalidó hoy el statu quo en que se encontraba, con la Cámara de Representantes bajo dominio republicano y el Senado en manos demócratas al menos por dos años más.