Denuncian intento de asesinato contra líder indígena en Colombia

BOGOTÁ.- El líder de los indígenas arhuacos colombianos, Rogelio Mejía, denunció un intento de asesinato en su contra cometido por desconocidos en el municipio de Pueblo Bello, al norte de Colombia.

Según esa comunidad originaria, el atentado ocurrió el 8 de noviembre, cuando Mejía se desplazaba en una camioneta de la localidad Nabusímake, en la Sierra Nevada de Santa Marta, hacia la ciudad de Valledupar, capital del departamento de César (norte), donde sería atendido en un centro hospitalario.

"Cuarenta impactos de bala recibió el vehículo en el que se dirigía el cabildo gobernador Mejía Izquierdo", reseñó un comunicado del Resguardo Arhuaco de la Sierra.

Mejía logró escapar de los pistoleros, pero resultó levemente herido en la cabeza cuando una bala atravesó su sombrero, detalló a través de un comunicado la organización no gubernamental británica Survival International, ataque del que fue testigo una de sus representantes.

Exigen aclarar atentado

La Confederación Indígena Tayrona pidió esclarecer el ataque y garantizar los derechos de los pueblos indígenas al Ministerio del Interior, la Presidencia, el Senado, el defensor del pueblo (ombudsman), organizaciones civiles y ONG, entre otros.

"Los indígenas de la Sierra Nevada han mantenido una isla de leyes y la paz en una región, que lleva generaciones sumergidas en la violencia. Si el gobierno tiene alguna autoridad debe protegerlos y llevar a los culpables de este intento de asesinato ante la justicia", dijo Stephen Corry, director de la ONG.

Los arhaucos habitan la Sierra Nevada de Santa Marta, la formación montañosa litoral más alta del mundo (con picos de hasta 5.775 metros de altitud), al igual que los koguis, kankuamos y wiwas, quienes son objeto de amenazas y asesinatos por parte de grupos guerrilleros, paramilitares y narcotraficantes.

Este pueblo indígena, de lengua chibcha, integrado por cerca de 14.000 personas y que tiene como principal fuente de sustento la agricultura, se enfrenta además a continuos intentos de apropiación ilegal e industrialización de sus territorios ancestrales.