BERLÍN.- Anders Behring Breivik, autor de la masacre noruega de 2011, instó a la sobreviviente del trío terrorista neonazi alemán destapado hace un año a que en su juicio explique los "motivos políticos" de sus diez presuntos asesinatos.
Según publica hoy la revista alemana "Der Spiegel", el ultraderechista noruego envió una carta de tres carillas a la neonazi alemana Beate Zschäpe en la que le insta a que utilice su próximo juicio para difundir propaganda ideológica.
"Cuando quede claro que eres realmente una militante nacionalista", argumenta Breivik en su misiva, entonces "serás convertida en una valiente heroína de la resistencia nacionalista que ha hecho todo y se ha sacrificado para detener el multiculturalismo y la islamización de Alemania".
Breivik añade que los "ataques a la elite", como califica su doble atentado en el que mató a 77 personas, y los "ataques a las minorías", de los que se acusa a "Clandestinidad Nacionalsocialista" (NSU), la célula neonazi de Zschäpe, son complementarios en el objetivo de "dañar el experimento multiculturalista".
Breivik, que llama "querida hermana Beate" a la presunta terrorista de ultraderecha alemana, asegura que ambos son "mártires de la revolución conservadora" y considera que "deben sentirse extremadamente orgullosos de sus víctimas y sus esfuerzos".
"Los dos estamos bajo las primeras gotas de lluvia que anuncian la violenta y purificadora tormenta que se avecina en Europa", sentencia Breivik para terminar su carta.
A principios de noviembre, la Justicia alemana anunció que juzgará a Zschäpe por asesinato y pertenencia al grupo terrorista NSU, que asesinó a nueve extranjeros y a una agente de policía a lo largo de una década, poniendo en evidencia a las fuerzas de seguridad alemanas.
La existencia de esta célula neonazi salió a la luz hace un año, tras el suicidio en una autocaravana de los otros dos integrantes del trío, Uwe Böhnhard y Uwe Mundlos, acosados por la policía tras un atraco bancario.
Completaba el trío Zschäpe, quien se entregó a las autoridades poco después, tras volar por los aires la vivienda donde convivían los tres presuntos terroristas.
Por su parte, Breivik hizo estallar una furgoneta bomba el 22 de julio de 2011 en el complejo gubernamental de Oslo, causando la muerte a ocho personas y después se trasladó a la isla de Utøya, donde perpetró una matanza en el campamento de las Juventudes Laboristas, en la que murieron 69 personas.
Un tribunal de Oslo condenó a Breivik el pasado 24 de agosto a 21 años de prisión prorrogables, la pena máxima y que pueden equivaler a cadena perpetua, al considerarle penalmente responsable de los atentados y rechazar que sea un enfermo mental.