LONDRES.- El Primer Ministro británico, David Cameron, y los obispos anglicanos manifestaron hoy su decepción por el rechazo de la ordenación de obispas en la votación del martes del Sínodo de la Iglesia de Inglaterra.
En la votación, el Sínodo votó mayoritariamente a favor de la propuesta para que las mujeres puedan acceder al obispado, 20 años después de que entraran en el sacerdocio, pero la propuesta fue rechazada porque no se alcanzaron entre los miembros laicos la mayoría de dos tercios requerida.
Un portavoz de Downing Street, residencia oficial de Cameron, señaló hoy que el Primer Ministro comparte la decepción que hay en el seno de la comunidad anglicana por esta decisión, pero puntualizó que la decisión compete a la Iglesia y no al Gobierno.
"Su opinión personal es que debería haber obispas y él comparte la decepción del arzobispo (de Canterbury, Rowan Williams) de que el sínodo no ha podido aprobar esto", agregó el portavoz.
Posteriormente, ante el Parlamento, Cameron se confesó "muy triste" por esta decisión y también "triste" por Williams, que abandonará el puesto sin haber conseguido ese objetivo.
En la reunión de hoy, Williams, que el próximo enero será sustituido por Justin Welby, admitió que la Iglesia de Inglaterra tiene "mucho que explicar" porque ha perdido una cierta "credibilidad" de cara a la sociedad en general.
"Cualquiera que fueran las motivaciones en la votación de ayer, cualquiera que fueran los principios teológicos sobre los que la gente actuó y habló, el hecho es que esta discusión no es inteligible para nuestra sociedad en general", afirmó.
El arzobispo de York, John Sentamu, segunda autoridad de la Iglesia de Inglaterra, se mostró no obstante optimista de que habrá obispas.
"Yo creo que ayer no hubo un rechazo a las obispas, lo que se rechazó fue la legislación", dijo Sentamu, quien se mostró a favor de revisarla para contar con los respaldos necesarios.
Después de la votación, el próximo arzobispo de Canterbury, Justin Welby, manifestó a través de su cuenta de Twitter su decepción y pidió rezar ante esta situación en que está sumida la Iglesia.
Para el obispo de Norwich, Graham Jones, la Iglesia de Inglaterra tiene un "desafío" por delante, en referencia a la necesidad de convencer a los que votaron en contra a que apoyen la propuesta.
Los reformistas defendieron la ordenación de obispas como una consecuencia lógica de la incorporación de la mujer al sacerdocio y la igualdad entre géneros, pero los que se oponen la califican de aberración teológica.
Tras este rechazo, el proceso legislativo que permitiría un nuevo debate deberá empezar otra vez, lo que en principio impide que el asunto se pueda votar antes de 2019.
El actual proceso legislativo a favor de la ordenación de obispas comenzó en el año 2000 pero la fuerte oposición del sector más conservador ha impedido hasta ahora que haya sido aprobado.