LODNRES.- El hospital londinense donde está ingresada la esposa del príncipe William, Kate Middleton, por náuseas propias del embarazo confirmó hoy que fue víctima de una llamada falsa de una emisora de radio australiana, en la que los locutores se hicieron pasar por la reina Isabel II y el príncipe Carlos.
El hospital Rey Eduardo VII, donde la duquesa de Cambridge se recupera de hiperémesis gravídica -un trastorno común en las embarazadas que provoca náuseas y vómitos-, se disculpó por haber caído en la encerrona, después de que una enfermera revelara sin querer información médica de la paciente.
El centro hospitalario condenó "la broma tonta" y asegura que revisará sus procedimientos internos para evitar más intrusiones.
Según informan hoy los medios británicos, la llamada se produjo anoche y los locutores de la cadena australiana 2Day FM se hicieron pasar por Isabel II y Carlos, abuela y padre del príncipe William.
Desde recepción se transfirió la llamada a la habitación, donde la atendió una enfermera, que comunicó a sus interlocutores que la paciente se encontraba bien.
"Ahora mismo está durmiendo y de momento ha pasado una noche sin incidentes. Le hemos dado líquidos y está estable", explicó la enfermera, según la agencia británica PA.
Un portavoz de William y Kate señaló hoy que la pareja no hará ningún comentario sobre lo ocurrido.
La pareja, que contrajo matrimonio el 29 de abril de 2011, anunció el pasado lunes que esperaban su primer hijo, coincidiendo con la hospitalización de la madre por hiperémesis gravídica.
Desde entonces, el hospital informó de que la paciente, a la que se le están administrando líquidos y nutrientes, se recupera favorablemente.
El bebé de los duques de Cambridge será el tercero en la línea de sucesión al trono del Reino Unido, independientemente de que sea varón o mujer.
El Gobierno británico confirmó ayer un cambio en la legislación que eliminará la primacía del varón y permitirá por primera vez, en otro cambio histórico, que el heredero o heredera al trono británico pueda casarse con una persona de religión católica.