EL CAIRO.- El Ejército egipcio desplegó tanques este jueves delante del palacio presidencial en El Cairo luego de una noche de enfrentamientos entre partidarios y adversarios del Presidente Mohamed Mursi que dividió al país al arrogarse poderes excepcionales.
Al menos cinco personas murieron, cuatro por bala y una por una salva de perdigones en el corazón, según la agencia "Mena", y unos 450 manifestantes, según el Ministerio de Salud, resultaron heridos en los enfrentamientos entre los bandos rivales que estallaron el miércoles por la noche en las inmediaciones del palacio.
Durante la noche se registraron batallas con palos, cócteles molotov y pedreadas con sólo breves periodos de tranquilidad. También se escucharon disparos regularmente.
Mursi no se expresó públicamente desde que estalló la violencia.
Los Hermanos Musulmanes, el movimiento al que pertenece Mursi, indicó en Twitter que hablaría al país este jueves para "discutir iniciativas para resolver la crisis", pero una fuente de la presidencia dijo que su intervención no está aún confirmada.
En las primeras horas de la mañana, al menos tres tanques y tres vehículos blindados tomaron posición cerca de la entrada del complejo presidencial y en una gran avenida que lo bordea, en el barrio de Heliópolis.
Centenares de partidarios del presidente permanecían en el lugar y fueron numerosos los islamistas que pasaron la noche delante de la presidencia, durmiendo en carpas o cubiertos por frazadas.
El jueves por la mañana la situación estaba en calma en los alrededores del palacio presidencial.
Los manifestantes gritaban consignas a favor de Mursi y conversaban con los militares de los tanques
Las calles de la zona estaban llenas de piedras y trozos de vidrio y se veían numerosos coches con los parabrisas rotos debido a los enfrentamientos de la noche, los más graves que registró Egipto desde la toma de mando de Mursi en junio pasado.
Egipto atraviesa una grave crisis política desde el 22 de noviembre pasado cuando Mursi, el primer presidente islamista de Egipto, firmó un decreto que amplía sus poderes y los exime de control judicial, una situación que de hecho lo deja con todos los poderes.
La oposición, que denuncia el autoritarismo del poder, protesta también contra el proyecto de nueva Constitución que debe ser sometido a referéndum el próximo 15 de diciembre. La nueva Carta Magna, según la oposición, ofrece pocas garantías a la libertad de expresión y de religión y abre la vía a una aplicación más amplia de la ley islámica.
La comisión constitucional dominada por los islamistas que adoptó a las apuradas este proyecto también estaba eximida de todo recurso ante la justicia.
Mursi alega que sus poderes ampliados son "temporarios" y que están destinados a acelerar una transición tumultuosa.
Tras el llamado de la oposición y de los Hermanos Musulmanes a manifestar el miércoles delante del palacio presidencial, la situación degeneró con enfrentamientos entre los dos campos a pesar de una intervención de las fuerzas antidisturbios.
Según el ministerio de Interior cincuenta personas fueron detenidas.
En Ismailiya y en Suez (noreste) opositores a Mursi incendiaron las oficinas de los Hermanos Musulmanes.