SUVA.- Las autoridades de Fiyi comenzaron el domingo a evacuar turistas y residentes en las zonas más bajas, ante el temor de "daños catastróficos" por el enorme ciclón Evan, que ya causó devastación en Samoa y podría alcanzar vientos de 280 kilómetros por hora.
Por lo menos 850 turistas se aglomeraban en el aeropuerto internacional de Nadi después de haber sido retirados de hoteles en las islas de la región, como medida de seguridad ante la aproximación del enorme ciclón.
"La seguridad de los turistas es fundamental", dijo a la prensa Dixon Seeto, director de la Asociación de Turismo y Hotelería de Fiyi, pero los turistas tenían pocas posibilidades de salir rápidamente de la isla ya que todos los vuelos estaban repletos. Además, por lo menos una aerolínea canceló sus vuelos previstos para el lunes.
De acuerdo con Philip Duncan, analista del servicio meteorológico de Nueva Zelanda, Fiyi se enfrenta a la posibilidad real de graves inundaciones y deslizamientos de lodo.
"Las ráfagas de viento podrán alcanzar los 280 kilómetros por hora o aún más alrededor del centro de Evan. Algunas comunidades costeras y resorts turísticos podrán sufrir daños catastróficos. Pequeñas islas podrían ser completamente cubiertas", dijo.
Sharon Smith-Johns, del Ministerio de Información de Fiyi, informó a la prensa que las autoridades organizaron 200 centros de evacuación, y que las personas situadas en locales de riesgo serán trasladadas a lugares seguros.
Por su parte, el jefe militar de Fiyi, Voreqe Bainimarama, alertó que la aproximación del gigantesco ciclón al pequeño país insular representaba un "desastre inminente", y que ya se había recibido las primeras ofertas de ayuda humanitaria internacional.
De acuerdo a las previsiones, Evan debe golpear las costas de Fiyi el lunes.
El paso del ciclón Evan por Samoa dejó un enorme rastro de destrucción: por lo menos 4.500 personas seguían el domingo en abrigos de emergencia. El servicio de electricidad y de distribución de agua potable fueron seriamente dañados, así como las principales plantaciones, informó el primer ministro de Samoa, Tuillaepa Sailele.