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Tikal, la ciudad histórica maya que intentará sobrevivir a la fiesta del fin del mundo

Un show de televisión en vivo, conciertos, rituales, alcohol, luces y 10 mil personas serán algunas de las cosas que la flora, fauna y sitios arqueológicos del histórico parque tendrán que aguantar durante 24 horas. Se predice que el efecto podría ser irreversible.

17 de Diciembre de 2012 | 18:05 | Por José Pablo Harz, desde Guatemala

TIKAL.- Una mujer corre desnuda alrededor de un pequeño altar de la época maya. Tiene la mirada perdida y no es capaz de seguir el ritmo de los aplausos que sus 71 compañeros hippies, acompañados por algunas guitarras y tambores, crean. Ni siquiera parece importarle demasiado que varios militares del ejército guatemalteco la estén invitando, con rifle en mano, a detener su show.

La mujer, que por su color de piel y pelo debe ser estadounidense o europea al igual que la mayoría de sus compañeros, lleva seis horas sin permiso en Tikal, la ciudad del imperio maya más importante de la que se tenga conocimiento. A las tres de la tarde ingresaron todos juntos -con perros, gatos y bicicletas- se negaron a pagar y empezaron a realizar sus rituales; el grupo es parte del movimiento Rainbow, una comunidad nómade conformada por nuevos hippies de todo el planeta. Aunque al parecer, de amor y paz poco tienen.

“No hubo como pararlos, porque si tocamos a algún extranjero se acaba el 21 de diciembre para todos. Ganas no faltaban de arreglarlo con golpes, es cosa de mirar cómo dejaron el altar, todo apachurrado”, cuenta Nathanael Retamal, guía turístico del centro arqueológico más grande de Guatemala.

Al final, luego que los guardaparques y la policía fracasaran, el ejército logró persuadir a los 72 turistas para que se retiraran. Salieron sanos, salvos y, claro, sin pagar ni la entrada ni el daño que realizaron en la pieza histórica que data del año 700 d.C.

Este incidente ocurrió el jueves 13 de diciembre, justo a una semana de que comience la fiesta más grande que Tikal vaya a albergar en su historia. No serán 72 ni 400 ni mil personas quienes estarán en este lugar para vivir el fin del mundo; aunque nadie se atreve a dar una aproximación, todos quienes trabajan ahí creen que la cifra bordeará las 10 mil personas. Tampoco hay un límite de entradas. El que llega, llega. Y si es con botella en mano, mejor.

“Creo que esa noche va a ser todo esto una gran orgía. Yo pensaba venir con mi familia, pero es difícil. En México quizá están preparados para este tipo de evento, pero acá en Guatemala creo que no”, dice Retamal, mientras un mono aullador ruge e intenta defecar sobre un turista que le toma fotos con su cámara profesional al cuello.

La última vez que Tikal albergó un evento bien masivo fue hace 20 años para un concierto de Alux Nahual, grupo de rock guatemalteco. En ese entonces fueron unas cinco mil personas las que llegaron hasta ahí. El daño a la flora y fauna fue evidente.

“Cuando mucha gente viene en un solo día, es decir unas dos mil personas para Semana Santa, por ejemplo, cuesta unas dos semanas para que los animales vuelvan a actuar naturalmente y pájaros como los tucanes, faisanes y las distintas aves migratorias de seguro sufren por aún más tiempo”, cuenta Luis Oliveros, biólogo, guía turístico y habitante de Tikal  desde hace 39 años, el día que nació.

“Hay que pensar que además de que la gente que vendrá será la mayor en la historia, en muy pocas ocasiones se ven luces y se escucha música durante toda una noche, donde además se va a consumir mucho alcohol. De los que vienen la mayoría son guatemaltecos, quienes por tradición no respetan sus sitios históricos. Eso también va a afectar mucho”, agrega.

Al parecer, lo que realmente preocupa a las autoridades de Guatemala no es la conservación del parque, sino de la seguridad. Tikal será el centro del mundo durante el 20 y 21 de diciembre. El evento será transmitido en vivo por Televisa, el presidente local más varios mandatarios invitados y una delegación de la ONU estarán ahí: en un lugar rodeado de 32 kilómetros de selva. Sin duda es para tomar precauciones. Por eso, hace unos días ya tienen a militares rodeando y registrando el área.

Aparte de cuidar a los invitados vip, hay que preocuparse de los visitantes que ayudados por alguna droga o por sus creencias quieran saltar desde las pirámides a las 00:00 horas del 21 de diciembre. Algunos guardaparques y guías turísticos bromean con que ojalá no les toque levantar muchas cabezas del suelo a la mañana siguiente. Ni que tampoco se vuelvan a encontrar con los de Rainbow. Para un risueño Oliveros, hay algo claro: “si se juntan 300 hippies de seguro Tikal se acaba. Para siempre”.