MIAMI.- Un ex soldado estadounidense encarcelado en México tras cruzar la frontera de manera ilegal y con una escopeta, fue liberado y ya se encuentra de vuelta en su país, según informó este sábado una congresista de Florida en una declaración.
Jon Hammar, de 27 años, residente del sur de Florida y veterano de las guerras en Irak y Afganistán, fue arrestado luego de ingresar a México con una escopeta en su camino a Costa Rica para unas vacaciones. En México, las escopetas están reservadas para uso militar.
Un grupo de 68 legisladores, incluida la representante del sur de Florida Ileana Ros-Lehtinen, envió esta semana una misiva a las autoridades mexicanas pidiendo información sobre el caso y la liberación de Hammar.
Ros-Lehtinen explicó en una declaración que Hammar "fue liberado de la prisión de Matamoros y está de vuelta, sin peligro, en Estados Unidos".
Hammar fue puesto en libertad luego de que un juzgado mexicano determinara que el ex militar no intentó violar las leyes cuando ingresó al país con la escopeta, según informaron medios de México.
El abogado del ex soldado, Eddie Varron, dijo a periodistas que el arresto "jamás debió haber tenido lugar" y que fue "una aberración legal".
La Policía de México arrestó a Hammar el 13 de agosto cuando atravesó la ciudad fronteriza de Matamoro portando una escopeta .410 Sears & Roebuck.
Funcionarios de la aduana mexicana le habían dicho a Hammar que podía ingresar al país con la escopeta, heredada de su abuelo, siempre y cuando la registrara ante las autoridades de ese país de manera inmediata, según la carta firmada por los legisladores estadounidenses.
Hammar, quien fue tratado por estrés post-traumático tras realizar el servicio militar, fue víctima de golpes y otros abusos por parte de algunos presos durante su estadía en Matamoros, dijeron los legisladores e integrantes de su familia, que no dieron mayores detalles.
La familia también acusó a las autoridades carcelarias de esposar a Hammar a su cama repetidamente, lo que las autoridades mexicanas niegan.
Hammar abandonó la prisión en compañía de su abogado y de personal diplomático de Estados Unidos. El grupo abordó una camioneta blindada y fue escoltado por soldados y oficiales de la fiscalía rumbo a la ciudad estadounidense de Brownsville (sur), donde era esperado por su padre.
