SEÚL.- La Presidenta electa de Corea del Sur, Park Geun-hye, se comprometió hoy en su primer encuentro oficial con una delegación del nuevo Gobierno de Japón a construir una relación bilateral positiva, tras la larga tensión diplomática iniciada a mediados de 2012.
La conservadora Geun-hye propuso a sus interlocutores nipones crear nuevos lazos de reconciliación y cooperación para "afrontar decididamente" su historia compartida, en un aparente intento de reducir las discrepancias que ambos países mantienen sobre cuestiones relativas a su pasado reciente.
Park, que después de ganar las elecciones del pasado 19 de diciembre asumirá en febrero la jefatura del Estado de Corea del Sur, se reunió hoy en Seúl con la delegación japonesa enviada por su nuevo Primer Ministro, Shinzo Abe, y liderada por el ex ministro de Finanzas Fukushiro Nukaga.
El encuentro de unos treinta minutos estuvo orientado a analizar el estado actual y el futuro de los complejos lazos entre Seúl y Tokio, marcados en los pasados meses por diversos conflictos diplomáticos y mutuos desplantes.
En la cita, Nukaga transmitió a la Mandataria electa de Corea del Sur la voluntad del nuevo primer ministro, Shinzo Abe, de mejorar las relaciones bilaterales con ocasión del cambio de gobierno en ambos países.
El líder de la delegación japonesa invitó a Park a reunirse próximamente con su homólogo Abe, a lo que la próxima jefa de Estado surcoreana respondió positivamente y puntualizó que el encuentro llegará "en el momento oportuno".
La reunión entre Park y la delegación japonesa estuvo manchada por un incidente previo en el Aeropuerto de Gimpo en Seúl, donde un surcoreano se apuñaló en el abdomen en protesta por la llegada de la delegación gubernamental del histórico rival.
El activista de 63 años de edad, que se encuentra hospitalizado aunque no se teme por su vida, es el mismo que en julio estrelló un camión contra la embajada de Japón en Seúl, lo que le acarreó a posteriori una sentencia de un año de cárcel con suspensión condicional de la pena.
La cita con sus homólogos japoneses es para Park Geun-hye su primer contacto con representantes de este país desde que ganara las elecciones en diciembre y llega en un momento en el que las diferencias entre ambos países se han ampliado y la incertidumbre pesa sobre el futuro de las relaciones bilaterales.
La larga crisis diplomática que todavía viven ambos países tuvo su inicio en agosto de 2012, cuando el aún presidente de Corea del Sur, Lee Myung-bak, visitó los islotes de Dokdo, gobernados de facto por Seúl pero reclamados por Tokio que, por su parte, los denomina Takeshima.
El viaje a este pequeño archipiélago habitado por solo dos ciudadanos surcoreanos, el primero de un jefe de Estado en la historia, provocó las protestas de Tokio, que desea llevar el caso a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), posibilidad que Seúl descarta rotundamente.
La visita de Lee dio inicio a una serie de desplantes entre ambos Gobiernos, que también mantienen diferencias sobre otros asuntos históricos relacionados con el colonialismo que Japón ejerció sobre Corea en la primera mitad del siglo XX, entre ellos el de las denominadas eufemísticamente "mujeres de confort".
El Gobierno surcoreano ha venido exigiendo al japonés más medidas reparadoras y un mayor reconocimiento a las mujeres obligadas a prestar servicios sexuales a los soldados nipones durante la II Guerra Mundial, que suman según cálculos unas 200.000, más de la mitad coreanas.
En cuanto al futuro, pocos se atreven a calcular cómo evolucionarán las relaciones entre ambas potencias, pero la reciente llegada al poder en Tokio de Shinzo Abe es observada con preocupación por los analistas surcoreanos, que miran con recelo la tendencia conservadora y nacionalista del nuevo líder japonés.