El ejército argelino desplegó tanques para apoyar el operativo para liberar a los rehenes en la planta de gas, según imágenes de la TV local.
ReutersNUEVA YORK.- Stephen McFaul, un rehén irlandés que consiguió escapar con vida de sus captores en el masivo secuestro cometido por yihadistas en Argelia, relató que los secuestradores les instalaron explosivos para usarlos como "escudos humanos".
McFaul señaló a autoridades irlandesas que fue obligado a portar una "chaqueta" de semtex (explosivo plástico) que detonaría si escapaba o si comenzaba un rescate armado en la planta de gas y petróleo de In Amenas ocupada por los islamistas.
La información fue entregada por la cadena estadounidense CNN, cuya periodista Christiane Amanpour entrevistó al viceprimer ministro irlandés, Eamon Gilmore.
El relato fue suministrado al alto funcionario por la esposa de McFaul, quien habló con su marido después de que logró su libertad.
El ciudadano irlandés fue uno de los sobrevivientes del sangriento operativo que realizó el ejército argelino para poner fin al secuestro. Hasta el momento se calcula en 30 el número de rehenes muertos durante la operación, entre ellos argelinos y empleados extranjeros que laboraban en las instalaciones de gas.
Testigos dijeron haber visto cuatro jeeps que estaban llenos de rehenes que fueron alcanzados por el fuego de las tropas argelinas. Los secuestradores habían exigido viajar al extranjero llevándose sus prisioneros consigo.
Dos japoneses, dos británicos y un ciudadano francés se cuentan entre los al menos siete extranjeros muertos, señaló una fuente a la agencia Reuters. Otros orehenes que perdieron la vida eran argelinos.
Estadounidenses, noruegos, rumanos y un austriaco también fueron mencionados por sus gobiernos como capturados por los milicianos que se hacían llamar el "Batallón de Sangre", y exigieron que Francia pusiera fin a su ofensiva de una semana en Mali.
Desaparecidos
Varias horas después de la operación militar todavía permanecían desaparecidas decenas de personas. Catorce japoneses estaban entre los raptados cuyo paradero se desconocía, señaló la empresa a la que prestaban servicios.
Once milicianos yihadistas, según los primeros informes. De ellos, dos eran argelinos, y el resto eran de nacionalidad egipcia, tunecina, libia y maliense.
El líder de los secuestradores sería Mokhtar Belmokhtar, un veterano de la guerra de Afganistán en la década de 1980 y la sangrienta guerra civil de Argelia en la década de 1990.