Una celebración de ''pre-carnaval'', en Río de Janeiro.
APRÍO DE JANEIRO.- El carnaval es sin lugar a dudas la fiesta más importante de Brasil y la que más turistas atrae al país, pero la burocracia y la necesidad de darle un mejor uso al dinero público dejarán sin esta celebración a algunas ciudades el mes próximo.
Es lo que ha ocurrido en Paraty, turística localidad colonial del estado de Río de Janeiro, donde no se celebrará el "Carnamar", un acto que lleva la fiesta del carnaval al mar mediante grupos que decoran embarcaciones y que están acompañados músicos.
Según explicó el Ayuntamiento en un comunicado, el motivo es que el consistorio anterior tenía que haber solicitado el permiso para la fiesta a la capitanía de puertos del estado con 45 días de antelación, "para que pueda haber una planificación adecuada", y no lo hizo.
Como el nuevo Gobierno municipal no tomó posesión hasta el pasado 1 de enero, "no hubo tiempo hábil" para realizar la petición, "impidiendo una organización competente", continúa la nota.
El carnaval cae este año en una fecha muy temprana del calendario, del 8 al 12 de febrero.
Aun así, los tradicionales "blocos" (comparsas) sí saldrán por las calles del centro histórico de Paraty, que por las noches estarán abarrotadas de muñecos gigantes, otro símbolo de la celebración del carnaval.
Por otra parte, un "despiste" de la anterior administración municipal de la localidad costera de Cabo Frío, al este de Río de Janeiro, ha hecho que las escuelas de samba se queden sin desfile.
Según explicaron a Efe fuentes del ayuntamiento de Cabo Frío y de las escuelas de samba, el anterior equipo municipal no liberó el presupuesto para la organización del desfile y por tanto, diez de las catorce escuelas que forman la liga votaron a favor de posponerlo a abril, del sábado 20 al lunes 22.
En Teresópolis, una de las ciudades serranas del estado de Río de Janeiro que hace dos años fueron arrasadas por lluvias que causaron cerca de un millar de muertos, el Ministerio Público impide a la alcaldía entregar dinero a las escuelas de samba para montar sus desfiles, lo que merma su capacidad de organización, según la alcaldía.
Pero el carnaval por el que es reconocido internacionalmente Brasil también se puede cancelar por una buena causa.
Es lo que ha sucedido en Petrópolis, ciudad vecina de Teresópolis y otrora refugio de verano de la familia real brasileña, en la que el alcalde, Rubens Bomtempo, ha decidido destinar al área de salud el millón de reales (unos 492.400 dólares) que cuesta organizar el desfile principal.
Bomtempo dijo a Efe por teléfono que al tomar el mando de la ciudad se encontró con graves deficiencias, como nóminas no pagadas a los médicos, y que por tanto era idóneo destinar el dinero a ese área.
"Todo el mundo en la ciudad consiguió entender que la salud atañe a todos", explicó el regidor, que espera que para el año que viene las deficiencias estén solucionadas y el carnaval se celebre con toda normalidad.
En Itatiaia, ciudad de 29.000 habitantes a 170 kilómetros al noreste de Río, no se celebrará el carnaval para destinar los 300.000 reales (unos 147.000 dólares) que costaría la fiesta a la compra de dos ambulancias, la construcción de una guardería o el asfaltado de calles.
Fuentes del Ayuntamiento explicaron que además del factor presupuestario también influyó una recomendación del cuerpo de bomberos para no realizar más eventos multitudinarios en el centro de la ciudad, donde una rápida evacuación en caso de emergencia sería difícil.
El alcalde de Itatiaia, Luis Carlos Ypê, explicó que para el año que viene quieren celebrar los actos callejeros "en un lugar más amplio y seguro" para festejar a don Carnal y doña Cuaresma.