WASHINGTON.- La Casa Blanca quiere que la nueva reforma migratoria permita a los inmigrantes indocumentados conseguir la residencia permanente legal en Estados Unidos en ocho años, según el borrador de propuesta que hoy publica "USA Today".
Las dos cámaras del Congreso de Estados Unidos están trabajando en un proyecto de reforma para la que el presidente Barack Obama propone una mayor seguridad en la frontera sur, que los empresarios comprueben el estatus migratorio de sus trabajadores en el plazo de cuatro años y que los 11 millones de inmigrantes indocumentados puedan solicitar una visa de nueva creación.
El mes pasado, cuatro senadores republicanos y cuatro demócratas anunciaron un acuerdo para hacer un borrador de reforma migratoria, una de las grandes promesas de Obama.
Ahora podría ser realidad dado el apoyo de los republicanos, que tienen la mayoría en la Cámara de Representantes y que ya ven la necesidad de sacar una reforma adelante para congraciarse con la cada vez más importante minoría latina, que mayoritariamente vota demócrata.
El Congreso trabaja en alcanzar un acuerdo bipartidista, pero Obama no quiere esperar demasiado. El martes, en el discurso sobre el estado de la Unión, pidió que le envíen un borrador de "reforma exhaustiva" en "pocos meses" para firmarlo "de inmediato".
Pero si se retrasa, está dispuesto a llevar al Congreso su propuesta para que sea votada.
Según el borrador de la propuesta de la Casa Blanca, los inmigrantes deberían superar un control de antecedentes, suministrar información biométrica y pagar las tarifas para poder tener un nuevo visado. Si superan los requisitos, podrían residir legalmente en Estados Unidos, trabajar y dejar el país durante cortos periodos de tiempo.
Luego podrían pedir la residencia permanente, la llamada tarjeta verde, en el plazo de ocho años si aprenden inglés, "la historia y el gobierno de Estados Unidos" y pagan los impuestos atrasados. Así tendrían el camino libre para ser estadounidenses.
El principal punto de controversia es la cuestión de si la promesa de la ciudadanía es una condición ineludible en cualquier propuesta de ley, como desea Obama, o si algún tipo de garantía de residencia debería bastar.
Los republicanos reclaman mayor seguridad fronteriza y así lo prevé la propuesta de Obama, que también propone expandir los controles informáticos de estatus migratorio para la gente que busca trabajo. Los negocios con más de 1.000 empleados deberán empezar a usarlo en dos años y todos los demás, en cuatro.