CIUDAD DEL VATICANO.- Los cardenales que cumplirán a partir de hoy martes con el ritual encierro "bajo llave" (cónclave) para elegir al nuevo jefe de la Iglesia Católica comenzaron a buscar las líneas maestras para definir el perfil del Pontífice que sucederá al ahora Papa Emérito, Benedicto XVI.
Los 115 electores se congregarán en la Capilla Sixtina, luego de una serie de reuniones previas en las que el estado económico del Vaticano fue el punto central.
En la víspera del cónclave, todo indica que muchos interrogantes sobre el estado de la Iglesia y sobre el candidato idóneo para dirigirla quedaron sin resolver.
"No existen agrupaciones, ni compromisos, ni alianzas, sino que cada uno con su conciencia, votará por la persona que cree que será la más indicada, por lo que no pienso que se resolverá rápidamente", estimó el cardenal Francisco Javier Errázuriz, el único chileno que participará en la votación.
"Este martes es un día muy importante para la historia de la Iglesia", apuntó el cardenal de Toronto Thomas Collins a los medios de comunicación.
"¡Extra omnes!"
La clausura total comenzará cuando tras el grito "Extra omnes" ("¡Todos fuera!"), se retiren las personas ajenas al cónclave y se cierren las puertas de la Capilla Sixtina. Sólo se quedarán los cardenales, que han prestado juramento de silencio, ante los majestuosos frescos de Miguel Ángel.
A partir de ese momento, la única indicación que tendrá el resto del mundo de lo que ocurre dentro del cónclave será el humo que desprenda la chimenea situada a la derecha de la Basílica de San Pedro.
De hecho, la Santa Sede dispuso la instalación de un "muro" electrónico para bloquear cualquier filtración desde el interior a través de teléfonos celulares u otros dispositivos.
Los cardenales votarán cuatro veces al día a partir del miércoles, aunque pueden decidir efectuar una primera ronda en la tarde del martes, como ocurrió en el último cónclave hace casi ocho años.
"Después de la meditación, es posible que los cardenales electores lleven a cabo una primera votación, que difícilmente es exitosa por ser la primera", declaró ayer el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
En ese caso, la fumata será negra. Pero cuando un candidato alcance los 77 votos necesarios para ser elegido y acepte asumir esa responsabilidad, el humo será blanco y será acompañado por el repique de las campanas de San Pedro, retomado por el resto de las iglesias de Roma.
Posibles favoritos
No existe un favorito claro para un cargo que muchos cardenales dicen no querer. Pero circula una lista de candidatos a ocupar la silla de Pedro y dirigir espiritualmente a los 1.200 millones de fieles que profesan la religión católica. Y uno de ellos es latinoamericano.
El brasileño Odilo Scherer parece contar con el favor de la curia vaticana y es un conocedor de los detalles del funcionamiento de su milenaria burocracia. El arzobispo de Sao Paulo también está al tanto de las finanzas de la Santa Sede y forma parte de la comisión rectora del Banco Vaticano, que ha sufrido múltiples cuestionamientos que se remontan a la década de 1970.
Por otro lado, sigue sonando con fuerza el nombre del italiano Angelo Scola, arzobispo de Milán, la diócesis más importante de Italia. Scola tiene fama de buen gestor tanto en Milán como antes en Venecia.
De carácter afable, es considerado un candidato atractivo para acometer la reforma interna de la Iglesia, exigida por distintos sectores dentro de la Iglesia luego del rebrote de casos de corrupción y las filtraciones conocidas como "Vatileaks".
Scola está ligado al movimiento Comunión y Liberación, agrupación católica de tendencia conservadora cuyo origen se remonta a la década de 1950 que ha ido consolidando posiciones al interior de la Iglesia.
Fundado por el teólogo y sacerdote Luigi Giussani, la agrupación está presente en 64 países -entre ellos Chile- y su expansión internacional coincidió con el pontificado de Juan Pablo II, quien fue un entusiasta de sus actividades.
Versiones de prensa señalan que Scola dio clases de ética y filosofía en la década de 1970 al entonces empresario y luego Primer Ministro italiano Silvio Berlusconi.
Otros nombres que figuran en los pronósticos como líderes pastorales son el cardenal estadounidense Timothy Dolan, de Nueva York, y su compatriota Seán O'Malley, de Boston. El segundo, conocido como el "cardenal bloguero", es un usuario habitual de Twitter y tiene su propio blog.
Hispanófilo confeso, doctor en literatura española y portuguesa, a O'Malley le correspondió afrontar a su llegada a la diócesis los efectos de la serie de denuncias de abusos a menores cometidos por sacerdotes y acciones de encubrimiento que llevaron a la renuncia de su antecesor.
En ese marco, una de sus decisiones más conocidas fue poner a la venta el Palacio Episcopal de la ciudad para indemnizar a las víctimas.
Otro pabable mencionado en medios internacionales es el cardenal canadiense Marc Ouellet, arzobispo de Quebec y prefecto de la Congregación de los Obispos, considerado como estrecho colaborador del ahora Papa Emérito, políglota y con larga experiencia en América Latina.
Errázuriz: Cardenales pidieron conocer "informe Vatileaks"
Dice el aforismo vaticano que el que entra como papa al cónclave sale cardenal. Aunque no siempre ha sido así. Joseph Ratzinger, después Benedicto XVI, llegó como gran papable al cónclave del 2005 tras la muerte de Juan Pablo II y fue elegido.
Sea como fuere, el próximo papa necesitará sumar 77 votos de los 115 cardenales electores. Y si nadie se acerca a esa mayoría clara en las primeras rondas, cualquier sorpresa es posible.
El próximo pontífice enfrentará una Iglesia en crisis. Benedicto XVI dedicó la mayor parte de sus casi ocho años de papado a reavivar el catolicismo de una tendencia general a la secularización que ha relegado su importancia en la mayor parte del mundo, y especialmente en Europa.
Los casos de abusos a menores han apartado a muchos fieles y el crecimiento de la Iglesia evangélica se ha dejado sentir en continentes como Africa y América Latina.
En la reunión de ayer lunes, el cardenal Tarcisio Bertone, quien encabeza las actividades en Vaticano durante el período de sede vacante, informó sobre la comisión que investiga el presunto escándalo de las finanzas de la Santa Sede.
Bertone subrayó los esfuerzos para limpiar la reputación internacional de la institución, informó el reverendo Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, en rueda de prensa.
Las finanzas de la Santa Sede, y en particular de la banca vaticana, han quedado en entredicho por supuestas acusaciones de corrupción.
Este asunto, unido al famoso caso Vatileaks, el informe redactado por tres cardenales sobre la fuga de documentos confidenciales de Benedicto XVI, ha marcado las congregaciones de cardenales previas al cónclave.
No obstante, el cardenal Errázuriz insistió en que ha leído más sobre Vatileaks en los periódicos "que escuchado en las congregaciones".
Además, admitió que algunos cardenales pidieron conocer el documento pero consideró que "no se puede cambiar la decisión del Papa emérito, que decidió que fuera conocido sólo por su sucesor".
El informe recoge el resultado de meses de interrogatorios a clérigos de todos los niveles, laicos y periodistas, que según la prensa italiana revelan profundos problemas dentro de la curia.
Massimo Franco, conocido columnista del diario italiano "Corriere della Sera", señaló que el escenario generado por los supuestos casos de corrupción tiene su influencia en el cónclave, lo que siembra más dudas sobre el resultado.
"Es impredecible. No hay una mayoría establecida", comentó.
Pantallas gigantes
Fuera de la Capilla Sixtina, dos pantallas gigantes colocadas delante de las enormes estatuas de los santos Pedro y Pablo que custodian el acceso a la basílica permitirán seguir las famosas fumatas -negra o blanca- que anuncian los resultados de las votaciones.
"El Espíritu Santo va a soplar mucho y estamos a la expectación del nuevo Papa", reconoció Lupita Segovia, una religiosa mexicana de 48 años que se encuentra en Roma para seguir el cónclave. "No me importa que sea latinoamericano, lo más importante es que sea bien humano y santo", agregó.
