WASHINGTON.- El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, está convencido de que un papa estadounidense haría su trabajo de manera tan "eficiente" como cualquier otro y negó que en ese caso el gobierno en Washington pudiera ejercer influencia en el Vaticano.
"Me parece que un papa estadounidense ejercería de manera tan eficiente como un papa polaco, uno italiano, o uno guatemalteco", dijo el Mandatario en una entrevista con la cadena ABC de la que la emisora adelantó hoy algunos extractos.
Sus palabras se conocen en momentos en que buena parte de las miradas están dirigidas a la chimenea en la plaza de San Pedro, que hoy volvió a emitir una segunda fumata negra, indicando que los cardenales reunidos en la Capilla Sixtina desde el martes para elegir al sucesor de Benedicto XVI siguen sin sin ponerse de acuerdo sobre algún candidato.
Aunque los favoritos a ocupar el máximo puesto de la Iglesia católica siguen siendo el cardenal arzobispo de Milán, Angelo Scola, y el de Sao Paulo, Odilo Scherer, en la lista de los papables también aparecen muy arriba el arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, y el canadiense Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos y presidente de la Comisión Pontificia para América Latina.
En las últimas horas también ha vuelto a sonar con más fuerza otro nombre estadounidense, el del arzobispo de Boston, Sean O'Malley.
Consultado sobre la posible influencia que Washington podría intentar ejercer en el primer papa estadounidense de la historia, Obama rechazó la posibilidad.
"No sé si lo ha mirado recientemente, pero la Conferencia de Obispos Católicos en Estados Unidos no parece aceptar órdenes mías", bromeó Obama en referencia a la negativa de la institución católica a aceptar en el marco de la reforma sanitaria que impulsa el Mandatario una normativa relativa a la cobertura para la prevención de embarazos.
Según indicó, lo que espera del futuro Papa, sea de la nacionalidad que sea, es que "apoye y mantenga el mensaje central del Evangelio: que tratemos a todos como hijos de Dios y que los amemos de la manera en que Jesucristo nos enseñó a amarlos".
Si el futuro Papa logra convertirse en la "voz" de ese mensaje, agregó, entonces el nuevo jefe de la Iglesia católica "tendrá una enorme repercusión positiva en el mundo", confió.