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Juez argentino que investigó acusaciones contra el Papa confirma que eran "falsas"

Germán Castelli sostuvo que se escucharon, analizaron y vieron las evidencias de las imputaciones, tras lo cual se llegó a la conclusión de que Jorge Mario Bergoglio no tuvo relación con la entrega de dos sacerdotes jesuitas a la última dictadura argentina.

16 de Marzo de 2013 | 12:18 | DPA
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Los comentarios respecto al actuar de Jorge Mario Bergoglio durante la última dictadura argentina, surgieron inmediatamente después de que se supo que había sido elegido como sucesor de Benedicto XVI.

EFE

BUENOS AIRES.- El juez que investigó a Jorge Mario Bergoglio, actual Papa Francisco, confirmó que las imputaciones por supuestamente haber entregado a dos curas a la junta militar de la última dictadura argentina son "totalmente falsas".

"Es totalmente falso decir que Jorge Bergoglio entregó a esos sacerdotes. Lo analizamos, escuchamos esa versión, vimos las evidencias y entendimos que su actuación no tuvo implicancias jurídicas en estos casos. Si no, lo hubiésemos denunciado", afirmó el juez Germán Castelli, en declaraciones que publica el diario "La Nación".

Castelli firmó junto a sus colegas Daniel Obligado y Ricardo Farías -quienes entonces integraban el Tribunal Oral Federal Nro. 5-, el fallo que condenó a ex represores por los secuestros de los jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics en 1976. En ese juicio, Bergoglio declaró durante cuatro horas como testigo.

"No es un cruce de opiniones. No da para la controversia. Ya hay un fallo judicial", aseveró Castelli, hoy juez de un Tribunal Federal de la localidad bonaerense de San Martín.

El magistrado remarcó que "es importante para Bergoglio, como Papa, un fallo de esta naturaleza". "Lo firmamos con la autoridad moral que nos da ser jueces y haber habilitado a los querellantes a que lo interroguen sin limitaciones", subrayó.

"Le dimos la oportunidad a la versión contra Begoglio, la escuchamos, vimos las constancias y llegamos a la conclusión de que los sacerdotes desafiaron con mucha valentía a sus superiores, para seguir actuando frente a un régimen ciego, sangriento que no reconocía a quién se ponía en su camino, sean jueces, abogados, curas o cualquier trabajador", precisó Castelli.

En el fallo firmado el 28 de diciembre de 2011, los jueces condenaron al almirante Óscar Montes, jerarca de la ex Escuela de Mecánica de la Armada, donde funcionó el principal centro clandestino de detención durante la dictadura que gobernó entre 1976 y 1983 en la Argentina. Impusieron además penas de prisión perpetua al ex marino Alfredo Astiz, Jorge Acosta, Antonio Pernías y Ricardo Cavallo, entre otros.

En esta causa se investigaron violaciones a los derechos humanos de 86 víctimas, de las cuales 28 permanecen desaparecidas.

En el interrogatorio al que se sometió el entonces cardenal argentino y arzobispo de Buenos Aires, "las preguntas fueron amplias y se lo escudriñó a fondo".

"Fuimos conscientes de la importancia que tenía este testimonio para los acusadores particulares. Y fue un gran acierto, desde el punto de vista republicano y visto ahora a la distancia, dado que Bergoglio es ahora el Papa", señaló el magistrado.

"No juzgamos si Bergoglio pudo haber sido más o menos valiente. La pregunta es si entregó a los sacerdotes o no. Y coincidimos en que no hubo razones para que lo denunciáramos", coincidieron los jueces del tribunal.

"La reacción eclesiástica, reflejada en diversas gestiones realizadas tanto por los superiores de la orden a la que pertenecían los religiosos como por otras autoridades de la Iglesia católica, persuadieron acerca de la liberación de los secuestrados al régimen imperante", sostiene el fallo.

En 1976, Bergoglio era el superior provincial de los jesuitas en la Argentina y los curas secuestrados -que fueron liberados meses después- pertenecían a su orden. Jalics declaró este viernes que se "reconcilió" con Bergoglio. El otro cura secuestrado, Yorio, murió en el año 2000.

Ayer, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, rechazó las acusaciones respecto al comportamiento del Papa Francisco durante la última dictadura de Argentina, asegurando que no tienen fundamento y que se trata de una campaña de difamación.

"Estas acusaciones no son confiables", y "deben ser negadas total y firmemente", agregó. Según Lombardi, son "sectores de la izquierda anticlerical" los que están propagando las acusaciones para "atacar a la Iglesia".

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