WASHINGTON.- Tras un maratónico debate, la Organización de los Estados Americanos (OEA) logró un acuerdo unánime sobre el futuro de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), pero dejó abierta la posibilidad de que más reformas se aprueben de ahora en adelante.
Fue un acuerdo que mostró claramente las divisiones de los miembros de la OEA respecto a la CIDH pero que al final dejó a todo el mundo más o menos satisfecho. Pasada la medianoche la sede de la OEA rompió en aplausos cuando se logró la unanimidad.
La resolución es el resultado de 22 meses de trabajo para analizar reformas que refuercen el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, pero que para algunos países, activistas y organizaciones de derechos humanos representan intentos de debilitar a la CIDH y las relatorías, sobre todo la de la Libertad de Expresión.
El documento acordado el viernes promueve que eventualmente sean los estados de la OEA los que financien a la CIDH y las relatorías, pero no cierran totalmente la posibilidad de que estos organismos accedan a capital exterior. La Relatoría Especial de la Libertad de Expresión depende de fondos externos y la eliminación de estos hubiera supuesto su desaparición.
El debate se alargó porque Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Venezuela pedían prolongar el diálogo de la reforma de la CIDH y hablar más a fondo de la financiación de la Comisión y relatorías. También pedían negociar en el futuro un posible cambio de la sede de la Comisión, que quizás se trasladaría de Washington a alguna ciudad latinoamericana. Los cuatro países exigían enmiendas al documento final que dejaran claros estos puntos.
Tras la oposición de países como Estados Unidos, Argentina propuso la solución al enmendar un párrafo que abre la puerta a una prolongación del diálogo. El párrafo asegura "mandatar al Consejo Permanente continuar el diálogo sobre los aspectos fundamentales para el fortalecimiento del CIDH, teniendo en cuenta todos los aportes realizados por los estados, órganos del sistema y la sociedad civil a lo largo del proceso de reflexión, así como los debates durante la presente Asamblea General extraordinaria".
Antes del acuerdo, el debate contó con momentos tensos, como cuando el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño criticó con dureza a la CIDH y posteriormente a la resolución, calificándola de "vacía de toda sustancia".
Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua critican que la CIDH se financie con fondos externos y acusan a la Relatoría Especial de Libertad de Expresión de contar con demasiados privilegios en relación a otras relatorías. Otros países, además de grupos sin fines de lucro y organizaciones de derechos humanos, consideran estas críticas como intentos de ahogar financieramente a la relatoría y a la CIDH.
EE.UU dejó clara su posición.
Al respecto, el vicesecretario de Estado estadounidense, William Burns, aseguró que "restringir las contribuciones o eliminar la posibilidad de financiar actividades específicas de la Comisión viola nuestra promesa de lograr un sistema más fuerte".
"La mayoría de estados miembros concentrados en perfeccionar nuestro sistema de derechos humanos deben proteger a la Comisión de los pocos que intentan debilitarla". agregó.
En tanto, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, expresó la necesidad de defender a "toda costa" la autonomía del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. También admitió que muchas de las reformas que se proponen significarían un alto costo que "la organización no está en condiciones de asumir con sus actuales recursos".
"Este es un tema que no podrá ser concluido en esta asamblea, pero creo que existe un consenso valioso en cuanto a la necesidad de que, en un tiempo a determinar, sean los estados miembros de la OEA quienes financien la totalidad o al menos los aspectos esenciales del sistema", dijo Insulza.