ROMA.- Italia está hoy pendiente de la decisión que pueda tomar el Presidente de la República, Giorgio Napolitano, tras concluir este viernes la segunda ronda de consultas con las principales fuerzas parlamentarias, sin que éstas cambiaran las posiciones que han mantenido desde las elecciones generales.
Las consultas concluyeron sin que compareciera ni el propio Mandatario, ni su secretario general, Donato Marra, como es habitual al término de los contactos del jefe del Estado, por lo que todas las incógnitas sobre los próximos movimientos siguen abiertas.
Solo el portavoz de Napolitano, Pasquale Cascella, indicó anoche a los periodistas que el Presidente de la República iba a tomarse "algún tiempo para la reflexión".
En un posterior comunicado, la Presidencia de la República informaba de que la sala de prensa del Palacio del Quirinal, sede de la Jefatura del Estado, reabriría sus puertas en el modo habitual, con un tiempo de convocatoria suficiente.
Este hermetismo no permite saber a ciencia cierta si Napolitano anunciará hoy la solución que cree más conveniente al actual bloqueo político, aunque todo hace prever que la intención del jefe del Estado es ofrecer certezas en breve ya no solo al país, sino también a la Bolsa de Milán, que reabrirá el martes.
De modo casi unánime la prensa italiana asegura hoy que el jefe del Estado estudia, incluso, la posibilidad de dimitir a menos de dos meses del final de su mandato de siete años, para obligar a los distintos partidos a acercar posturas y acordar el nombre de su sucesor, que deberá ser elegido en las tres primeras votaciones por una mayoría de dos tercios de los parlamentarios.
Una dimisión de Napolitano permitiría que su sucesor pudiera disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones, una posibilidad que el actual jefe del Estado no puede llevar a cabo pues la ley lo impide al presidente de la República durante los últimos seis meses de su mandato, lo que es conocido como "semestre blanco".
La alternativa que Napolitano ha planteado a los partidos, según la prensa italiana, es la de que se pongan de acuerdo para apoyar el llamado "Gobierno del presidente" o "Gobierno institucional", con un primer ministro escogido por él mismo y distinto a los candidatos planteados hasta ahora por las formaciones políticas.
En su perfil en la red social Facebook, el portavoz del Movimiento 5 Estrellas (M5S) de Beppe Grillo en el Senado, Vito Crimi, revela que Napolitano les aseguró que el Ejecutivo que quiere formar no es tecnócrata, como el que, con Mario Monti al frente, ha ocupado el poder desde la dimisión de Silvio Berlusconi en 2011.
"El Presidente Napolitano ha excluido claramente esta opción"0, ha explicado que, "tras los resultados de las elecciones, el único Gobierno que puede formarse no puede ser sino un Gobierno político", y ha añadido que "la experiencia Monti ha sido posible solo porque la legislatura iba a terminar en un plazo breve", afirma Crimi.
En las consultas que se celebraron ayer, las formaciones se mantuvieron inamovibles: con un M5S que solo quiere su propio Gobierno y un centroderecha liderado por Berlusconi que aboga por un Ejecutivo de coalición con la formación de Monti y el Partido Demócrata (PD) del líder del centroizquierda, Pier Luigi Bersani, quien rechaza de plano esta opción.
La delegación del PD que ayer se reunió con Napolitano, en la que no participó el propio Bersani, aseguró que apoyarían de forma responsable la decisión que tomara el presidente de la República.