SEUL.- Estados Unidos desplazó cerca de las costas de Corea del Norte un destructor capaz de interceptar misiles, último movimiento militar comunicado por Washington para subrayar su apoyo a Corea del Sur ante las amenazas de Pyongyang.
El "USS Fitzgerald", que acaba de participar en unas maniobras militares, se dirigió al suroeste de la península coreana en lugar de regresar a su puerto de origen, en Japón, dijo un alto funcionario militar estadounidense que requirió anonimato.
Este desplazamiento, una "iniciativa prudente", permite ofrecer mayores "opciones de defensa antimisiles si fuera necesario", añadió la fuente.
Este mismo lunes, Estados Unidos había anunciado el despliegue de aviones furtivos F-22 Raptor para participar en los ejercicios conjuntos anuales con Corea del Sur, esta vez con fondo de tensiones muy fuertes.
Dos F-22 Raptor llegaron el domingo a Corea del Sur para participar en los ejercicios "Foal Eagle", que durarán hasta el 30 de abril.
Fortalezas volantes estadounidenses B-52 y bombarderos furtivos B-2 también realizaron vuelos de entrenamiento en Corea del Sur estos últimos días, para enfado del régimen de Pyongyang.
El ministro surcoreano de Relaciones Exteriores, Yun Byung-se, debe reunirse este martes con el secretario norteamericano de Estado, John Kerry, en Washington para hablar de las tensiones crecientes en la península.
Kerry viajará asimismo a Asia la semana entrante, incluyendo a Corea del Sur. La Casa Blanca también declaró el lunes que, pese a su "retórica" belicosa, el régimen norcoreano no ha realizado movimientos militares a "gran escala ni posicionamiento de fuerza".
Pyongyang, que ha amenazado con atacar Estados Unidos, realizó en febrero un ensayo nuclear. El pasado sábado se declaró en "estado de guerra" con Corea del Sur en protesta por las maniobras militares conjuntas entre Seúl y Washington.
Pero los analistas destacan que la última andanada de amenazas norcoreanas, aunque muy subidas de tono, ponen por delante que Pyongyang solo reaccionará en caso de ataque militar por parte de Seúl o Washington.
Como parece improbable un ataque militar estadounidense o surcoreano, le dirigente norcoreano Kim Jong-Un dispone de una posibilidad de salida honrosa, estima Stephen Haggard, experto en temas norcoreanos del Instituto Peterson de Washington.
Kim puede vanagloriarse de que sus amenazas e inspecciones de tropas "han surtido efecto porque no se ha producido ningún ataque, que de todos modos no se iba a producir", declara el analista.
"El régimen puede apuntarse un éxito y dar marcha atrás lentamente". El Norte y el Sur protagonizaron la Guerra de Corea (1950-1953), que terminó con un armisticio, por lo que técnicamente nunca han dejado de estar en guerra.