Los trabajadores surcoreanos usualmente llegan en buses a su trabajo en Kaesong.
AFPSEÚL.- Corea del Norte impidió este miércoles el acceso de los empleados surcoreanos al complejo industrial intercoreano de Kaesong, símbolo de la cooperación entre ambos países.
Las instalaciones habían permanecido abiertas hasta ahora, pese a la gran tensión entre el Norte y el Sur desde hace varias semanas.
"El Norte nos notificó esta mañana que solo estaban autorizados los viajes de regreso desde Kaesong y quedaba prohibida la entrada al complejo", indicó a la prensa Kim Hyung-suk, portavoz del Ministerio surcoreano de la Unificación, que se encarga de las relaciones entre los dos países.
El régimen norcoreano no especificó la duración de la medida, añadió Kim.
Poco antes, el Ministerio había indicado que los 484 surcoreanos que debían acceder este miércoles al complejo no había sido autorizados por Corea del Norte.
El paso de la frontera por los surcoreanos se realiza normalmente a las 08:30 horas (20:30 en Chile).
"Que regresen sanos y salvos"
La zona industrial implantada a 10 km en el interior de Corea del Norte fue inaugurada en 2004 como símbolo de una voluntad de entablar una cooperación entre ambas Coreas.
Tras tildar de "muy lamentable" la decisión del Norte, Kim dijo que la prioridad de su Gobierno era la seguridad de los 861 surcoreanos que se encontraban en Kaesong.
"Esperemos que nuestra gente que se encuentra en Norte regrese sana y salva", insistió el portavoz.
Según autoridades surcoreanas, el Norte había informado que los empleados surcoreanos que parmanecían en Kaesong "están seguros".
Preciosa fuente de divisas extranjeras, que Corea del Norte necesita mucho este complejo industrial, que siempre ha permanecido abierto a pesar de las repetidas crisis en la península, exceptuando un solo día, en 2009.
Pyongyang había cerrado el acceso para protestar contra unas maniobras militares conjuntas de Corea del Sur y Estados Unidos.
Esta medida hace temer que el Norte cumpla su amenaza de cerrar Kaesong, que acoge a más de 50.000 norcoreanos que trabajan por cuenta de pequeñas empresas surcoreanas, principalmente del sector manufacturero.
La estabilidad de la explotación del complejo se considera un barómetro de las relaciones intercoreanas y su cierre marcaría una neta escalada de las tensiones.