CIUDAD DEL VATICANO.- Un grupo de expertos en finanzas del Consejo de Europa, conocido como "Moneyval", divulgará en diciembre próximo el nuevo informe sobre los esfuerzos del Vaticano y su banco para respetar las reglas contra el blanqueo de dinero ilícito.
Según reportó "Radio Vaticano", la agrupación aceptó la solicitud de la Santa Sede para que el "progress report" contenga no sólo las recomendaciones básicas, sino también de carácter más general.
"Con ese pedido la Iglesia quiere dar un visión más completa del conjunto de medidas adoptadas durante el año para reforzar sus estructuras y prevenir el blanqueo de dinero ilícito y la financiación del terrorismo", explicó la emisora.
Tras la publicación en julio del primer informe de los expertos europeos, el Vaticano prometió reforzar ulteriormente los esfuerzos, con el fin de formar parte de la "lista blanca" de países que respetan las leyes contra el lavado de dinero.
"Moneyval" calificó de satisfactorio nueve de las 16 recomendaciones consideradas "esenciales" que ha adoptado el Vaticano. La comisión evalúa en base a 49 recomendaciones.
Para la comisión europea "la Santa Sede había hecho muchos progresos en poco tiempo" y recalcó que "un buen número de los asuntos exigidos para la lucha contra el blanqueo de capitales ilícitos ya funcionaban".
Uno de los problemas señalados por los expertos recae sobre el Instituto para las Obras de Religión (IOR, el banco del Vaticano), que tiene 33.404 cuentas corrientes, pero no tiene una base de datos completa, la cual debía completar para finales de 2012.
Moneyval recomendó que IOR "sea supervisada por un organismo independiente". El nuevo presidente del Banco del Papa es el industrial alemán Ernst von Freyberg, designado en febrero pasado por Benedicto XVI pocos días antes de su renuncia, quien remplazó al italiano Ettore Gotti Tedeschi, blanco de una serie de denuncias internas que determinaron su inesperado despido nueve meses antes.
Fundado en 1942 por el Papa Pío XII, el IOR maneja las cuentas de órdenes religiosas y otras asociaciones católicas. En los años 1980 fue dirigido por el controvertido arzobispo estadounidense Paul Marcinkus, muy cercano a Juan Pablo II.
Entre las normas para la transparencia que el Banco aplica figuran la desaparición de cuentas numeradas, condiciones más estrictas para abrir una cuenta individual, el fin de las relaciones con bancos "off-shore" o la obligación de señalar las operaciones sospechosas a la Autoridad de Información Financiera creada en 2010.
El IOR tiene 112 empleados y dispone de fondos por valor de 5.000 millones de euros repartidos en casi 34.000 cuentas de unas 25.000 entidades diferentes.
Un 77% de sus clientes vienen de Europa y un 7% del Vaticano. El IOR está bajo la supervisión de una comisión de cardenales y sólo contrata a católicos practicantes.