BEIRUT.- La aviación gubernamental siria atacó el domingo un barrio insurgente en la capital así como una aldea en el norte del país, matando por lo menos a 25 personas, incluyendo 12 niños, dijeron activistas.
Debido al dilatado frente que enfrentan las fuerzas de infantería, el régimen del presidente Bashar AlAssad ha dependido en alto grado de sus aviones y helicópteros artillados para contener el avance de los insurgentes en la guerra civil. Esos ataques golpean con frecuencia áreas civiles, lo que ha provocado críticas de la comunidad internacional.
Un informe de la organización de derechos humanos Human Rights Watch acusó la semana pasada al gobierno sirio de cometer crímenes de guerra mediante el uso de ataques aéreos indiscriminados y con frecuencia deliberados contra la población civil en los que han muerto por lo menos 4.300 personas desde mediados del año pasado.
El domingo, la aviación del gobierno bombardeó zonas insurgentes en la aldea curda de Hadad, en la provincia de Hassaka, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una organización activista con sede en Londres. El observatorio aseguró que por lo menos 16 personas murieron en el ataque, entre ellas dos mujeres y tres niños.
Un activista de Hassaka que se encontraba en Hadad cuando atacaron los aviones dijo que las bombas crearon enormes columnas de humo negro en toda la aldea. Habló a condición de guardar el anonimato y de que solo se usara su alias de Abu Qasem — por el que es conocido entre sus camaradas — por temor a las represalias.
Otro bombardeo en el barrio capitalino de Qaboun mató por lo menos a nueve niños, dijo el observatorio.
El gobierno ataca con frecuencia Qaboun, desde donde los insurgentes lanzaron una ofensiva a principios de año. El vecindario ha sido sacudido por intensos combates callejeros y bombardeos desde entonces, en una campaña del ejército para desalojar a los insurgentes.