MAKHACHKALA, Rusia.- La madre de los hermanos Tsarnaev, principales sospechosos del atentado de Boston, lanzó este jueves fuertes críticas al gobierno de Estados Unidos por la muerte de uno de sus hijos, mientras el padre anunciaba que planea viajar a ese país para intentar comprender lo sucedido.
Los padres de los dos sospechosos, Tamerlan y Dzhojar Tsarnaev, hablaron con periodistas en durante una rueda de prensa en Makhachkala, capital de república rusa de Daguestán.
Tamerlan, de 26 años, fue "abatido, cruelmente muerto. Quiero gritar al mundo entero: ¿qué hicieron? Él estaba vivo", declaró la madre, Zubeidat, quien tenía cubierta la cabeza con un velo islámico.
"¡Estaba vivo! ¿Qué necesidad tenían ellos de matarlo? ¿Por qué? Lo capturaron vivo", dijo en inglés.
Zubeidat reafirmó su creencia de que sus hijos no eran responsables de los atentados de Boston. "Solo sé una cosa, que mis hijos no hicieron eso. Hay muchas cosas que no son comprensibles".
También expresó su preocupación por las heridas de Dzhojar. "Tenía una profunda herida en el cuello. Está mejorando, pero todavía está débil", añadió.
Por su parte Anzor Tsarnaev, el padre, sostuvo que desea viajar a Estados Unidos.
"Quiero viajar a Estados Unidos para conocer la verdad. No busco vengar a nadie. Los servicios especiales deben aclarar todo", indicó.
"Quiero ver a mi hijo menor y enterrar a mi hijo mayor", añadió el progenitor Tsarnaev junto a su esposa.
Los padres de los sospechosos fueron interrogados en Daguestán por el FBI y los servicios secretos rusos (FSB).
Las autoridades estadounidenses afirman que los hermanos chechenos son los autores del doble atentado cerca de la línea de llegada del maratón de Boston (Massachusetts) que dejó tres muertos y más de 260 heridos el pasado 15 de abril.
Mientras Tamerlan fue abatido, Dzhojar se encuentra hospitalizado desde el pasado viernes cuando fue detenido en Watertown, en los suburbios de Boston, al cabo de un impresionante operativo policial.
La fiscalía federal de Boston le acusa de uso de armas de destrucción masiva y destrucción voluntaria de bienes con un aparato explosivo. Si es declarado culpable puede enfrentarse a la pena de muerte.