Cecile Kyenge.
ReutersROMA.- Cecile Kyenge, la primera persona de raza negra que asumió un ministerio en la historia en Italia, respondió sin inmutarse la serie de insultos sexistas y racistas en su contra, lanzados por sitios racistas en internet y por un parlamentario europeo.
La integrante del recién asumido gobierno de Enrico Letta dijo que está orgullosa de ser negra, no de color, y que el país no discrimina por razas.
Kyenge, oftalmóloga y ciudadana italiana originaria de la República Democrática del Congo, fue nombrada ministra de Integración el sábado pasado. Es una de las siete mujeres que integran el nuevo gobierno del país, marcado por la diversidad.
Desde su designación fue objeto de insultos en sitios de internet de extrema derecha, que la llamaron "mona congoleña", "Zulu" y "la negra anti-Italia".
También enfrentó ataques racistas proferidos por Mario Borghezio, miembro del Parlamento europeo por la derechista Liga Norte.
Refiriéndose a Kyenge, Borghezio calificó la coalición de Letta como un "gobierno bonga bonga", un juego sobre las bufonadas conocidas como "bunga bunga" bajo el gobierno del ex Primer ministro Berlusconi.
También dijo que ella parecía ser "una buena ama de casa, pero no una ministra".
Kyenge rechazó los comentarios y la portavoz de la Cámara baja del Parlamento Laura Boldrini los calificó como "vulgaridades racistas".
"No soy 'de color'"
La ministra de Integración planea introducir una ley, resistida por la Liga, que permitiría a los hijos de padres inmigrantes nacidos en Italia obtener la ciudadanía inmediata en lugar de esperar hasta los 18 años.
"Llegué a Italia sola a los 18 años y no creo en abandonar frente a los obstáculos", dijo Kyenge, quien dejó su país natal para estudiar Medicina.
La ministra también rechazó el término "de color" usado para describirla en muchos reportes de la prensa italiana. "No soy de color: soy negra y lo digo con orgullo".
Kyenge, quien está casada con un italiano, dijo que no veía a Italia como un país particularmente racista y que creía que las actitudes hostiles provenían principalmente de la ignorancia.
"Italia tiene una tradición de dar la bienvenida y ofrecer hospitalidad a los demás", apuntó.