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Santiago: Jueves 21 de noviembre del 2024 | Actualizado 11:53
BAEPENDI.- La brasileña Francisca de Paula de Jesús, conocida como Nhá Chica, se convirtió hoy en la primera mujer negra beatificada de su país, durante una ceremonia celebrada en Baependi, en el sur del estado de Minas Gerais, a unos 400 kilómetros de la capital provincial Belo Horizonte.
La misa de consagración tuvo lugar en el Santuario Nuestra Señora de la Concepción, donde yacen los restos de la ahora beata brasileña.
Del acto participaron unas 40.000 personas, entre ellas autoridades del Vaticano, el gobernador de Minas, Antonio Anastasia, y el secretario general de la Presidencia de la República, ministro Gilberto Carvalho, que representó a la mandataria Dilma Rousseff.
La Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) destacó el "importante significado" que tiene para Brasil la beatifiación de Nhá Chica, puesto que se trata de una mujer negra, analfabeta, hija y nieta de esclavos, que quedó huérfana con sólo diez años de edad.
Nhá Chica había recibido el título de sierva de dios -el primer paso para alcanzar la beatificación y posterior santificación- en 1991.
Más tarde, en 2011, fue declarada venerable por decreto de la Congregación para las Causas de los Santos -organismo encargado de analizar los milagros, martirios o virtudes heroicas que ostentan los candidatos a la beatificación-, aprobado en enero de 2011 por el papa Benedicto XVI.
El principal requerimiento para concretar su beatificación fue cumplido en octubre de ese año, cuando se le reconoció el milagro de haber curado a una mujer de un problema cardíaco congénito.
El milagro fue validado en 2012, a pedido del Vaticano, por una comisión de médicos sin vinculaciones con la iglesia.
Nhá Chica nació a mediados de 1810 en la localidad minera de Santo Antonio do Rio das Mortes, y se mudó a Baependi cuando tenía cerca de ocho años de edad. El año de su nacimiento, y por tanto su edad, no se conoce con exactitud.
La ahora beata, quien no siguió una carrera religosa formal, dedicó su vida a aconsejar y ayudar a los más necesitados, lo que le valió la nominación de "madre de los pobres", y falleció en 1985, cuando ya era considerada santa por quienes la conocían.
El proceso de petición para su beatificación comenzó en 1989, casi un siglo después de su muerte.
Actualmente hay en Brasil dos santos: Madre Paulina, quien nació en Italia, arribó a Brasil con diez años de edad y fue canonizada en 2002; y Frei Galvao, el primer santo nacido en Brasil, quien fue canonizado en 2007.
Asimismo, existen más de 70 beatos con posibilidades de convertirse en santos en el país sudamericano. De ellos, 30 fueron beatificados en forma colectiva, por haber sido brutalmente asesinados durante una misa celebrada en el interior de Rio Grande do Norte, en 1645.
El hecho ocurrió el domingo 16 de julio de ese año, cuando los beatos fueron martirizados por soldados holandeses, que ocupaban el nordeste de Brasil y combatían duramente la fe católica, durante la Guerra de la Restauración, en la que vencieron las tropas luso-brasileñas.
Al momento de la masacre, 69 personas participaban de la misa que celebraba el párroco André de Soveral, cuando un grupo de soldados, auxiliados por indígenas del lugar, invadieron la capilla Nuestra Señora de Candelas y eliminaron a todos los presentes.
