BRASILIA.- El Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, cerró este jueves en Brasil su gira sudamericana llevándose en el equipaje un espaldarazo político de su par brasileña Dilma Rousseff y nuevas perspectivas de cooperación económica, en especial en agricultura.
Durante la visita, se han firmado acuerdos para la construcción en Venezuela de dos nuevas plantas para fabricación de urea y de coque, que serán exportados a Brasil en el futuro.
En una declaración a la prensa después del encuentro que se prolongó por dos horas, Rousseff le deseó a Maduro "mucho éxito" para su gobierno y se manifestó "segura" de que mantendrá con el flamante mandatario "un nivel elevado de relacionamiento, similar al relacionamiento que mantuve con el presidente Hugo Chávez".
Además, reiteró su compromiso "con una fuerte asociación estratégica", basada en la profundización de la cooperación en las áreas ya existentes, así como la búsqueda de nuevas áreas de cooperación, en especial en las áreas de seguridad alimentaria y en la "garantía del suministro energético".
Maduro, a su vez, destacó que Brasil se dispuso a apoyar su país en el proyecto de realizar "una revolución agroalimentaria", mediante apoyo técnico para la adopción de "nuevos modelos productivos" para llevar a Venezuela a la autosuficiencia en la producción de alimentos.
Además, reveló que obtuvo la garantía de ayuda de emergencia para enfrentar los problemas de escasez de oferta de alimentos en su país: "Tenemos un problema de suministro de alimentos, y Brasil, una vez más, estará presente para atender los objetivos de cortísimo plazo y suministrar productos a la población venezolana".
Durante su contacto con la prensa, Maduro también se refirió a las sospechas de la oposición sobre irregularidades en los comicios presidenciales del 14 de abril, en las que superó por unos 200.000 votos a su rival Henrique Capriles, y aseguró que el sistema electoral de su país es "moderno, avanzado, automatizado y confiable".
"Fuimos a las elecciones y democráticamente fue ratificado el rumbo. Estamos construyendo un gobierno para todos los venezolanos, los que votaron por nosotros y para los que no votaron por nosotros", aseveró.
Maduro concluyó en Brasil su primera gira sudamericana como presidente de Venezuela, iniciada en Uruguay y Argentina. El mandatario arribó a Brasilia al inicio de la tarde, y llegó al palacio presidencial de Planalto más de una hora y media después de lo esperado.
El presidente venezolano fue recibido con honores militares por Rousseff y por el canciller brasileño, Antonio Patriota. Fuera de la sede del gobierno, enfrentó las protestas de un pequeño grupo que portaba carteles que lo acusaban de ser "un presidente ilegítimo", y advertían que "la legitimidad no se compra", mientras que otro grupo de manifestantes festejó su llegada con gritos de homenaje al fallecido Chávez.
Antes de la reunión con Rousseff, Maduro sostuvo en la embajada venezolana en Brasilia un encuentro de cerca de una hora con el ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y con el presidente del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) Ruy Falcao, ambos estrechos aliados de Chávez.
El Instituto Lula, fundado por el ex presidente tras abandonar el gobierno, en enero de 2011, no informó sobre los temas que fueron tratados durante la reunión, pero Maduro reveló que recibió de Lula "un baño de sabiduría" y escuchó "consejos".
"Estuvo una hora hablando y suministrando consejos. A Lula lo vemos como a un padre... De los tres gigantes -(Néstor) Kirchner, Chávez y Lula-, permanece Lula, y fuerte", expresó.
Durante su contacto con la prensa, Maduro reveló que se siente conmovido ante la perspectiva de que Venezuela asuma en julio la presidencia pro témpore del Mercosur, el bloque al que ingresó en junio del año pasado por decisión de Argentina, Brasil y Uruguay, ya que Paraguay -cuyo Senado no había ratificado la adhesión del país bolivariano- fue suspendido del bloque, tras el juicio político que destituyó al presidente Fernando Lugo.