DAMASCO.- El Programa Mundial de Alimentos de la ONU comenzó a distribuir de manera urgente comida para más de 10.000 desplazados en la costa mediterránea de Siria tras los últimos combates.
El reparto de raciones de comida listas para consumir, galletas energéticas y alimentos básicos continuará en los próximos días para ayudar a las nuevas familias que se han visto obligadas a abandonar Banias y otras localidades cercanas, y han buscado refugio en la ciudad costera de Tartus.
"Estamos muy preocupados por la escalada de la violencia. Tenemos grandes dificultades para movernos por el país y hacemos todo lo que podemos para repartir comida a los civiles afectados por los enfrentamientos", apuntó el jefe de Operaciones del Programa, Matthew Hollingworth.
El responsable de la ONU pidió a las partes en conflicto que faciliten el tránsito libre para la asistencia humanitaria, lo que permitiría llegar a zonas hasta ahora sin acceso.
A principios de este mes, opositores sirios denunciaron la ejecución de al menos 60 personas en uno de los barrios suníes de Banias, de donde huyeron civiles ante el temor a otras operaciones de represalia del régimen.
Las zonas costeras de Siria son un feudo del régimen y están habitadas mayoritariamente por alauíes, la confesión del presidente Bachar al Asad, por lo que se ha llegado a conjeturar con la creación en ellas de un estado independiente para esta comunidad.
Mientras tanto, los combates en la principal carretera que une Tartus y Damasco están obstaculizando el transporte de alimentos desde la costa a la capital, lo que también repercute en la asistencia a las familias de los alrededores de Damasco y otras provincias, denunció el Programa Mundial de Alimentos.
El organismo calcula en 19,5 millones de dólares los fondos necesarios para alimentar a 2,5 millones de personas que viven en Siria y más de un millón de refugiados en Jordania, el Líbano, Turquía, Irak y Egipto.