Los milicianos conservan un nutrido arsenal en sus manos desde la caída de Jaddafi, que incluye numerosas ametralladoras pesadas.
NYTTRÍPOLI.- Estados Unidos decidió este viernes evacuar a una parte del personal que presta servicio en su embajada en Trípoli, debido a razones de seguridad.
Washington sigue así el camino de Gran Bretaña, que adoptó medidas análogas mientras Libia vive una de las crisis políticas más graves ocurridas en el período que siguió a la caída del régimen de Muamar Jaddafi.
El Departamento de Estado de EE.UU. confirmó este viernes la "partida de Libia de un puñado de empleados". No obstante, aseguró, la sede "permanece abierta y en funcionamiento".
Las autoridades estadounidenses justificaron la medida en el deterioro de las condiciones de seguridad en la capital libia.
El Reino Unido había decidido más temprano retirar temporalmente una parte del personal de su embajada en Trípoli por las mismas razones, según anunció el ministerio británico de Relaciones Exteriores.
Grupos de milicianos bloquean desde hace más de diez días los ministerios de Justicia y de Relaciones Exteriores, pese a que finalmente fue cursada una controvertida ley que reclamaban dichas agrupaciones y que excluirá de la vida política libia a quienes ocuparon cargos públicos durante el régimen de Jaddafi.
También se han registrado atentados con bombas contra dos comisarías de policía en Bengasi, donde crecen los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad libias y milicias armadas.
La acción de estos grupos, formados durante los combates contra las tropas leales a la derribada dictadura y provistos con armas pesadas, ha derivado en luchas de facciones y fragmentación política del país.
Entre las agrupaciones de milicianos se cuentan partidas formadas por individuos que cobran sobornos a cambio de seguridad, otras por radicales islámicos o por sujetos que realizan actividades ilícitas, como el tráfico de drogas y armas.
Algunos dirigentes políticos han señalado el riesgo de que Libia se transforme en un país segmentado por "señores de la guerra", en una situación análoga a la que se registra en Somalia.