El Pentágono busca aumentar la proporción de personal femenino en las Fuerzas Armadas de EE.UU.
AFPWASHINGTON.- Mientras continúan las denuncias sobre abusos sexuales cometidos en las filas de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, el Presidente Barack Obama sostuvo una reunión con el máximo jefe militar de ese país con el fin de abordar el espinoso tema.
Horas antes, en otra conferencia similar efectuada en la Casa Blanca, el Mandatario exigió a los líderes militares que controlen el problema de los ataques.
Obama dijo que los jefes de las FF.AA. se mostraron avergonzados por los reclamos de contacto sexual no deseado entre militares, que subieron en más de un tercio el año pasado.
"Se preocupan por esto, están molestos por esto, y escuché directamente de todos ellos que están avergonzados por lo que ha pasado", sostuvo el Mandatario.
El reporte anual del Pentágono sobre el tema, publicado la semana pasada, reveló que las quejas de contactos sexuales no deseados que involucraban a personal militar subieron 37% y llegaron a 26.000 casos en 2012, frente a los 19.000 anotados el año anterior.
"Perdemos la confianza de las mujeres"
Fue el propio máximo jefe castrense de EE.UU., el general Martin Dempsey, quien reconoció que el asunto había escalado hasta convertirse en "una crisis".
"Estamos perdiendo la confianza de las mujeres en el servicio respecto a que podamos resolver este problema", admitió Dempsey, quien preside el Estado Mayor Conjunto estadounidense.
Obama sostuvo reuniones con Dempsey, el secretario de Defensa, Chuck Hagel, y otros líderes militares para discutir los crecientes abusos.
El aumento en los casos de violaciones se produjo mientras el Pentágono avanza con planes para integrar mujeres en roles de primera línea de combate.
En las últimas dos semanas se conocieron dos nuevos casos en los que miembros de las Fuerzas Armadas a cargo de prevenir ataques sexuales fueron acusados de delitos de este tipo.
Un tercer caso se dio a conocer poco después de la reunión de la Casa Blanca: Un funcionario del Ejército a cargo del despacho de prevención de abusos sexuales en la base militar de Fort Campbell en Kentucky fue removido de su cargo.
Legisladores demócratas y republicanos anunciaron que promoverán cambios en la legislación que reforma el sistema de justicia militar para mantener la persecución judicial de estos hechos lejos de la cadena de mando.
De los 26.00 casos conocidos, en sólo 3.374 las víctimas siguieron adelante con los procesos, debido principalmente al temor a represalias y a una "cultura" militar que tiende a proteger a los culpables, según organizaciones defensoras de los derechos femeninos.