BEIRUT.- Cuatro personas resultaron heridas este domingo debido a la detonación de dos cohetes lanzados contra un suburbio del sur de la capital de Líbano.
Los proyectiles hicieron blanco en una zona considerada como un "feudo" del movimiento chiita Hezbolá, de acuerdo a una fuente de seguridad.
"Dos cohetes Grad cayeron en un suburbio del sur de Beirut, Chiyah. Uno cayó sobre un concesionario de coches donde cuatro personas resultaron heridas", precisó la fuente, que no se identificó.
Según el funcionario, los cuatro heridos son obreros de nacionalidad siria que se encontraban en el lugar.
El segundo cohete alcanzó una casa y causó importantes daños materiales, pero no causó víctimas.
"El incidente está probablemente relacionado con el conflicto sirio", admitió la fuente de los servicios de seguridad.
Los cohetes habrían sido disparados desde la región montañosa de Aitat, situada 13 kilómetros al sureste de Beirut.
"El ejército libanés se dirige hacia ese sector", precisó la fuente.
Esta es la primera vez desde que empezó el conflicto en Siria, en marzo de 2011, en la que el sur de Beirut se ve implicado en este tipo de ataques.
El ministro del Interior libanés, Marwan Charbel, visitó el sitio del bombardeo.
Los cohetes Grad, de fabricación rusa, son proyectiles de calibre 122 mm y con alcance de 40 km, conocidos popularmente como "Katyusha".
Combates en Trípoli
El sábado, el jefe del Hezbolah, Hasan Nasralá, prometió la victoria en la guerra en Siria, donde su movimiento combate junto al ejército leal a Bashar Al-Assad y se opone a los rebeldes.
"Siria es la retaguardia de la resistencia, el apoyo de la resistencia. La resistencia no puede quedarse de brazos cruzados cuando su retaguardia está expuesta y cuando su apoyo se quiebra", exclamó Nasralá, durante un discurso para conmemorar el 13º aniversario de la retirada israelí de Líbano.
Mientras tanto, en Trípoli, la principal ciudad del norte de Líbano, durante la madrugada del domingo continuaron los combates entre partidarios y oponentes al Presidente sirio.
Treinta personas, entre ellas tres soldados, murieron en los últimos seis días, según una fuente de seguridad libanesa.