ESTOCOLMO.- Los suburbios de varias ciudades suecas, entre ellas la capital, Estocolmo, fueron escenario el sábado en la noche de nuevos incidentes aislados, que se repiten por séptima jornada consecutiva en ese país europeo conocido por sus altos niveles de vida.
Los disturbios más recientes mostraron menor intensidad, de acuerdo a funcionarios policiales.
En algunos barrios periféricos, grupos de manifestantes lanzaron piedras contra las fuerzas de seguridad e incendiaron automóviles estacionados, señaló Lars Bystrom, portavoz de la policía, a la estación de radio pública SR.
La violencia había comenzado a remitir la noche del viernes, según la misma fuente.
El detonante de la escalada de disturbios en el país escandinavo fue la muerte, hace una semana, de un inmigrante de 69 años debido a disparos de la policía, hecho que las autoridades calificaron como un "accidente".
Creciente desigualdad
La continuada violencia generó un intenso debate en Suecia sobre la creciente desigualdad social y económica y la marginación de las zonas suburbanas, en un país considerado uno de los paradigmas del Estado de bienestar.
Las autoridades suecas, en tanto, atribuyen los incidentes a pandillas surgidas de manera espontánea y que se inspiran unas a otras en áreas que muestran alta concentración de población inmigrante y problemas sociales.
La oposición exigió responsabilidades políticas al Gobierno, aludiendo a los recortes sociales de los últimos siete años.
Las acusaciones fueron negadas por el Primer Ministro, el conservador Fredrik Reinfeldt, quien tardó casi dos días en pronunciarse sobre los desórdenes.