RÍO DE JANEIRO.- Un tiroteo ocurrido en pleno desarrollo de una maratón que se llevaba a cabo en una favela de Río de Janeiro desató el pánico entre los asistentes y los competidores.
La balacera se registró en la tercera edición de la carrera "Desafío de la Paz", que se realizó en la favela Vila Cruzeiro, en la región norte de esa ciudad brasileña.
El tiroteo en la barriada, que cuenta con una Unidad de Policía Pacificadora (UPP) desde agosto pasado, ocurrió durante la mañana, minutos antes de la competencia.
Los disparos provocaron un ttumulto entre los cerca de 2.000 asistentes, algunos de los cuales se ocultaron bajo los vehículos que estaban estacionados en los alrededores.
Algunos inscritos desistieron de participar en la carrera callejera, que comenzó con una hora de retraso.
Disparos directos
El coordinador de las UPPs -dispositivo implementado por la gobernación para reocupar los barrios controlados por narcotraficantes-, coronel Paulo Henrique de Moraes, dijo que el tiroteo no fue provocado por un enfrentamiento, sino que se trató de disparos lanzados directamente contra la sede de la UPP.
El secretario de Seguridad Pública de Río de Janeiro, José Mariano Beltrame, quien participó como corredor, calificó el hecho como una acción "irresponsable y criminal".
"Es un resquicio de admiradores de un grupo del crimen organizado que idolatra las armas automáticas, que se pautó por la banalización de la violencia y de la vida", añadió Beltrame.
La autoridad condenó las actividades de grupos de narcotraficantes que dominaron el barrio durante décadas y que permanecen allí, pese a que la mayoría de sus cómplices fueron expulsados tras la intervención policial.
Agregó que la balacera "obviamente fue (obra de) una facción que, aun debilitada, cree que con actos así puede apartar a la policía y al Estado, pero nosotros no nos iremos", agregó.
El tiroteo ocurre días después de que los locales comerciales y las escuelas del conjunto de favelas "do Alemao", vecina de la Vila Cruzeiro, fueran obligados por grupos delictuales a cerrar sus puertas el jueves pasado, como represalia por la muerte de un traficante.