ROMA.- El juicio sobre presuntas negociaciones entre responsables gubernamentales y padrinos de la mafia tras una serie de ataques con bomba y asesinatos en los años ‘90 comenzó este lunes en Sicilia.
Según la acusación, los miembros del Ejecutivo accedieron a ser menos severos con los responsables de la mafia, reduciendo el número de detenciones y mejorando sus condiciones de aprehensión, a cambio de que cesaran los ataques.
Diez personas, entre ellas el ministro de Interior de la época, Nicola Mancino, y el capo de la mafia Toto Riina, están en el banco de los acusados.
Los fiscales también llamarán a testificar a figuras políticas como el Presidente de la República, Giorgio Napolitano.
"Combatí a la mafia. No puedo estar en el mismo juicio que los capos de la mafia", expresó Mancino antes de empezaran las audiencias, según la prensa italiana.
"Pediremos que el juicio sea abandonado", dijo Mancino, a quien sólo se le acusa de falso testimonio.
La fiscalía sostiene que después de los asesinatos de dos jueces antimafia, en 1992, importantes responsables del gobierno italiano empezaron negociaciones secretas con la mafia.
Mancino está siendo juzgado junto al ex senador Marcello dell'Utri y tres ex altos responsables de la policía, Antonio Subranni, Mario Mori y Giuseppe De Donno.
Los ex padrinos de la mafia, Riina, Leoluca Bagarella y Antonio Cina, así como los tránsfugas Giovanni Brusca y Massimo Ciancimino, también son juzgados.
Como parte de la investigación, los fiscales escucharon una conversación telefónica entre Mancino y Napolitano, que provocó un enfrentamiento entre la fiscalía y la presidencia italiana.
Por decisión de un tribunal, la cinta fue destruida y su contenido no fue revelado.
Aunque siempre hubo sospechas de complicidad entre responsables italianos y la mafia, sólo pocos casos llegaron a juicio y en muchos menos hubo condenas.